Nanterre. Luc Montagnier, Nobel de Medicina por el descubrimiento del virus del sida, falleció el martes a los 89 años en un hospital de Neuilly-sur-Seine, cerca de París, informó ayer el alcalde de esa localidad, Jean-Christophe Fromantin.
El investigador francés, que más tarde se convirtió en una figura controvertida en la comunidad científica, fue galardonado con el Nobel en 2008 por haber identificado el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) en 1983 junto a sus colegas Françoise Barré-Sinoussi y Jean-Claude Chermann.
Sin embargo, su aura se vio empañada en los años recientes tras varias declaraciones que suscitaron enormes polémicas y lo llevaron a ser rechazado por sus colegas.
Desde 2017 hizo reiteradas declaraciones contra las vacunas y en los dos años pasados reapareció e hizo afirmaciones sobre el coronavirus, causante de la pandemia de covid-19, que fueron refutadas por la comunidad científica.
Esa postura hizo que ganara en cambio la simpatía de los movimientos antivacunas.
Los rumores acerca de la muerte de Montagnier circulaban en Internet desde el miércoles, pero no se pudieron confirmar en un primer momento, ya que la familia no habló con la prensa y los principales organismos de investigación a los que pertenecía señalaron que no podían ratificar lo que se difundía.
Esta inusual falta de información en torno a una figura tan conocida parecía ser un reflejo de la situación reciente de Montagnier ante la comunidad científica.
“Hoy elogiamos el papel decisivo de Luc Montagnier en el descubrimiento conjunto del VIH”, destacó la asociación contra el sida Aides.
“Este fue un paso adelante fundamental, pero tristemente seguido por varios años durante los cuales se alejó de la ciencia, hecho que no podemos ocultar”, agregó.
Montagnier hizo su descubrimiento clave sobre el VIH a principios de la década de 1980, cuando los casos de sida comenzaron a dispararse y las personas infectadas tenían pocas posibilidades de supervivencia.
Sus hallazgos sentaron las bases para los tratamientos contra el sida, lanzados 15 años después, que permitirían a los pacientes llevar una vida casi normal a pesar de la enfermedad.
El descubrimiento fue seguido por una larga disputa entre Montagnier y el equipo del investigador estadunidense Robert Gallo sobre su autoría.
Finalmente, acordaron que el francés había aislado el virus, mientras el estadunidense había establecido su vínculo directo con el sida.
Sus posiciones contra las vacunas contra el covid, aunque elevaron su perfil público durante la pandemia, también encontraron muy poco respaldo entre la comunidad científica.
Los tributos iniciales provinieron de figuras políticas y científicas marginales con posiciones contrarias a la vacunación. Incluyeron al político de extrema derecha Florian Philippot, quien lanzó protestas semanales contra las inmunizaciones en toda Francia.
“Lo arrastraron por el barro aunque tenía razón sobre el covid”, sostuvo Philippot sobre Montagnier en Twitter.
El virólogo Didier Raoult, marginado entre los investigadores por preconizar tratamientos anticovid sin comprobación científica, elogió la “originalidad” y la “independencia” de Montagnier.
La única reacción inmediata del gobierno del presidente Emmanuel Macron provino de la ministra de Investigación, Frederique Vidal, quien ofreció sus condolencias a la familia de Montaigne, sin mencionar sus posiciones científicas recientes.