El presidente Andrés Manuel López Obrador propuso hacer una “pausa” en la relación México-España, al menos hasta el final de su sexenio, por considerar que empresas de aquella nación han actuado de manera ventajosa al amparo del poder político.
Aclaró que su expresión es un comentario público, no una declaración diplomática formal ni un pleito sino una acción encaminada a que se conozcan los acuerdos de arriba, de las élites.
El tema fue planteado por el mandatario en la conferencia de prensa matutina, en Palacio Nacional, como parte de una respuesta frente a las recientes declaraciones del embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, quien cambió su postura y ahora critica la iniciativa de reforma constitucional en materia eléctrica promovida por el gobierno actual.
López Obrador acusó que las empresas hacen cabildeo, lobby para hacer negocios jugosos porque los grandes consorcios del sector energético, como las españolas, “antes eran como dueños de México”.
En ese contexto planteó la pausa, “un respiro”, para normalizar la relación bilateral con la nación ibérica, y lo manifestó de la siguiente manera:
Contubernios en la cúpula de los gobiernos
“Si, ahora no es buena relación... Y a mí me gustaría que hasta nos tardáramos en que se normalizara para hacer una pausa, que yo creo que nos va a convenir a los mexicanos y a los españoles, desde luego al pueblo de México y al pueblo de España, hacer una pausa en las relaciones, porque era un contubernio arriba, una promiscuidad económica-política en la cúpula de los gobiernos de México y de España, pero como tres sexenios seguidos, y México llevaba la mayor parte, lo saqueaban”.
Entonces, agregó López Obrador, “vale más darnos un tiempo, una pausa. A lo mejor ya cuando cambie el gobierno ya se restablecen las relaciones y yo desearía, ya cuando no esté yo aquí, que no fuesen igual como eran antes”.
Luego pidió al director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero Oropeza –quien acudió a la mañanera por otro asunto–, exponer algunos casos de la manera en que han salido beneficiadas las firmas españolas como Repsol, Iberdrola o la Astillera de Vigo rescatada por Pemex no sólo con la compra a sobreprecio de 51 por ciento de las acciones de esa compañía, sino con la construcción de barcos (floteles para la pernocta de 600 personas) que costaron a la paraestatatal mexicana 80 millones de euros cada una, negocio en el que Pemex “nunca ganó un solo centavo”, reclamó.
Otro “pésimo” negocio para las arcas nacionales fueron los contratos a Repsol durante el sexenio de Calderón para la extracción de gas en la Cuenca de Burgos, la cual se dedicó a hacer pozos casi estériles.
Tan sólo en una perforación se pagaba a la compañía 4.2 millones de dólares, alrededor de 100 millones de pesos mensuales, durante cinco años, “por no transportar absolutamente nada”.
Y así otros –intervino el mandatario– como uno en Manzanillo, para traer gas desde Perú, en cuya negociación de este contrato por 26 mil millones de dólares estuvo involucrado el finado secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño.
También beneficios millonarios para la constructora española OHL, durante el sexenio de Peña Nieto, mientras que el ex presidente Calderón pasó luego a ser parte del consejo de Iberdrola.
Con lo anterior, el Presidente daba por concluida la conferencia de prensa, pero los reporteros le insistieron, fuera de micrófono, a qué se refería con esa “pausa”.
Sí, recalcó, la pausa es: vamos a darnos un tiempo para respetarnos y que no nos vean como tierra de conquista (…) no queremos que nos roben.