El enviado especial de Estados Unidos para el clima, John Kerry, aseveró que ayer instó al presidente Andrés Manuel López Obrador a garantizar que los cambios planeados en el sector eléctrico local no infrinjan el tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
De su lado, el mandatario mexicano enfatizó ante el funcionario de la Casa Blanca que la prioridad de su administración es acabar con la corrupción en el país; de ahí la “imperiosa necesidad” de modificar el actual esquema eléctrico en México dado su alto costo fiscal. Aclaró que la decisión al respecto corresponderá al Congreso mexicano, informó la Presidencia de la República en un comunicado emitido anoche, tras la visita de trabajo de Kerry.
El Congreso mexicano discute dicha reforma constitucional que se propone dar prioridad a la estatal de electricidad, CFE, frente a actores privados, lo que ha generado críticas de varios sectores que aseguran que el cambio socavaría la inversión en energías eólica y solar.
“Expresamos preocupaciones de que no nos vayamos contra el T-MEC, que es importante tener reformas (…), y creo que él quiere esto, que no actúen como un obstáculo para un mercado abierto y competitivo”, afirmó Kerry en una entrevista con Reuters al cierre de su visita. “La clave (...) es atraer inversión y participación”, agregó, señalando que la propuesta legislativa de México aún no estaba terminada.
Expuso que él y el canciller Marcelo Ebrard trabajarán juntos durante las próximas cuatro a cinco semanas a fin de ver qué plan puede diseñarse, que sea “sensato para un gran despliegue de energía renovable, y lo más rápido posible”.
Kerry inició su agenda en México muy temprano en la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores, donde encabezó, junto con Ebrard, una reunión de trabajo a puerta cerrada para avanzar en objetivos conjuntos a fin de mitigar la crisis climática y proyectos de energías limpias.
Antes de esto, en declaraciones ante medios informativos aludió a la iniciativa de reforma constitucional en materia eléctrica de López Obrador: “Respetamos totalmente la soberanía de México. Sé que el Presidente ha comenzado a hacer unas reformas que son importantes para él y para su país. Nosotros queremos trabajar con México para, como dijo la secretaria (de Energía) Jennifer M. Granholm, reforzar y fortalecer la posibilidad de que el mercado sea abierto y competitivo. Esperamos hacer esto en el momento que el Presidente sigue trabajando en estas reformas”, planteó.
Asistentes al encuentro dijeron a La Jornada que el emisario de Washington “fue muy respetuoso” sobre la reforma eléctrica. “Se enfocó en cómo lograr los objetivos del gobierno a la par de un despliegue acelerado de energías limpias, dado el aceleramiento del cambio climático”.
Agregaron que la discusión se centró en las opciones para acelerar el despliegue de energías limpias, incluido el financiamiento; en los proyectos hidroeléctricos mexicanos; en la electrificación de la industria automotriz, en particular los posibles subsidios que son preocupación para nuestro país, y en la posibilidad de exentar de aranceles las exportaciones de paneles solares de México hacia Estados Unidos.
Los dos gobiernos acordaron crear un grupo de trabajo (uno más en la nueva relación bilateral) para avanzar en la transición hacia energías limpias, a fin de que Norteamérica no pierda sintonía con otras regiones del mundo. El encargado para el clima de la administración de Joe Biden ofreció apoyo financiero a través de la Usaid para acelerar la transición energética de México.
Ebrard, por su parte, aseveró que México se unirá a los esfuerzos de América del Norte para trabajar contra la crisis climática y agradeció el respeto a la soberanía expresado por Estados Unidos.