Ottawa. El premier canadiense, Justin Trudeau, se mantuvo firme ayer en su postura de no relajar las restricciones impuestas por la pandemia del covid-19 pese a la creciente presión de camioneros antivacunas que utilizan sus vehículos para bloquear la capital y los pasos fronterizos con Estados Unidos, incluido el puente que conecta con Detroit y es vital para la economía.
“Los bloqueos y las manifestaciones ilegales son inaceptables y están afectando negocios y fábricas”, declaró el gobernante, quien hizo un llamado para que terminen.
Un creciente número de provincias canadienses decidieron levantar algunas de sus medidas conforme disminuyen los contagios, pero Trudeau defendió las restricciones que el gobierno federal implementó, incluida la que detonó la protesta de los transportistas, y que obliga a camioneros a comprobar su esquema completo de vacunación contra el covid-19 para cruzar la frontera con Estados Unidos.
“La realidad es que las órdenes de vacunación, y el hecho de que 90 por ciento de canadienses acudieron a vacunarse, han garantizado que esta pandemia no haya golpeado tan fuerte aquí como en otras partes del mundo”, afirmó Trudeau.
El bloqueo entró ayer en su décimo tercer día en el puente Ambassador entre Detroit y Windsor, Ontario. Se obstruyó la entrada de vehículos a Canadá, mientras el tránsito en dirección a Estados Unidos seguía circulando. El puente transporta 25 por ciento de todo el comercio entre ambos países.
Ford señaló ayer por la tarde que la escasez de autopartes obligó al cierre de su fábrica de motores en Windsor y a recortar el horario de operación de una planta de ensamblaje en Oakville, Ontario.
“Esta interrupción en el puente Detroit-Windsor perjudica a clientes, trabajadores y proveedores de la industria automotriz, a las comunidades y a las compañías en ambos lados de la frontera”, declaró Ford en un comunicado. “Esperamos que esta situación se resuelva rápido porque podría tener un impacto a gran escala en todas las automotrices en Estados Unidos y Canadá”.
Además, los manifestantes llevan semana y media bloqueando el paso fronterizo de Coutts, Alberta, donde ayer había aún 50 camiones.
La policía de Ottawa advirtió a los manifestantes que se arriesgan a enfrentar cargos penales si no despejan las calles.
La mayoría de las restricciones en todo el país fueron impuestas por los gobiernos provinciales, entre ellas la exigencia de presentar “pasaportes” con el estatus de vacunación para poder ingresar a restaurantes, gimnasios y cines.
Alberta, Saskatchewan, Quebec y la Isla del Príncipe Eduardo anunciaron esta semana sus planes de retirar parcial o totalmente las medidas restrictivas.
Los ministros federales canadienses instaron ayer a los manifestantes a que vuelvan a casa antes de que hagan más daño a la economía.
Las protestas afectan los puestos de trabajo y la cadena de suministro, denunció el ministro de Preparación para Emergencias de Canadá, Bill Blair.
Asociaciones empresariales de ambos lados de la frontera, incluidas las cámaras de comercio de Canadá y del estado de Detroit, pidieron la reapertura del puente Ambassador. “No podemos permitir que ningún grupo socave el comercio transfronterizo que sostiene a las familias de ambos lados de la frontera”, manifestaron.
Washington trabaja para mitigar los riesgos en la cadena de suministros, en especial en la industria automotriz, causados por las manifestaciones antivacunas en Canadá, informó ayer la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.