Washington. La legisladora estadunidense Marjorie Taylor Greene, una férrea partidaria del ex presidente republicano Donald Trump, fue el hazmerreír en las redes sociales tras acusar a la líder del Congreso de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, de instaurar una "policía gazpacho".
La representante del estado sureño de Georgia se despachó contra Pelosi el martes por la noche durante un programa de One America News, un canal de cable pro-Trump.
En su diatriba, Taylor Greene comparó la cárcel de Washington DC que alberga a algunos de los atacantes del Capitolio el 6 de enero de 2021 con un "gulag". Y en su afán por comparar a Pelosi con la Gestapo, la policía secreta nazi, evocó el gazpacho, la famosa sopa fría de tomate española.
"No solo tenemos la cárcel de DC, que es el gulag de DC, sino que ahora tenemos a la policía gazpacho de Nancy Pelosi espiando a los miembros del Congreso, espiando el trabajo legislativo que hacemos, espiando a nuestro personal y espiando a los ciudadanos estadunidenses que quieren venir a hablar con sus representantes", dijo.
La confusión deleitó a muchos internautas y personalidades, entre ellos el famoso chef hispanoestadunidense José Andrés, dueño de varios restaurantes en Washington y ganador del premio Princesa de Asturias de la Concordia por su servicio a causas humanitarias.
"Querida representante Marjorie Taylor Greene, ¡la policía del gazpacho la creé yo en 1993 para que nadie le pusiera tabasco ni jalapeño ni cosas raras a mi querida sopa!", escribió en Twitter.
"Por favor, no culpes a nadie más que a mí… pasa por una copa cuando quieras. ¡No olvides tu mascarilla y cartilla de vacunación!", agregó junto a un emoji de una cara sacando la lengua y guiñando un ojo.
Taylor Greene, sancionada por Twitter por un mensaje "engañoso" sobre las vacunas anticovid, fue sacada de dos comisiones del Congreso por su apoyo a las teorías conspirativas de QAnon. También generó controversia al equiparar los mandatos de uso de mascarillas con la imposición nazi de las estrellas amarillas a los judíos.
Esta vez reaccionó en tono de autoburla: "No hay sopa para los que espían ilegalmente a los miembros del Congreso, pero serán arrojados al goulash", en alusión a la sopa húngara muy común en Europa Central.