Nueva York. El ex policía federal y comandante de la Unidad de Investigaciones Sensibles, Iván Reyes Arzate, recibió una condena de 10 años de prisión —menos los dos que ya ha estado encarcelado— por delitos de narcotráfico y corrupción ante un tribunal federal en Nueva York, en donde también se aseguró que no será testigo “cooperante” en otros casos pendientes en Estados Unidos.
En una audiencia ante el juez federal, Brian Cogan, del Tribunal del Distrito del Este de Nueva York en Brooklyn —de hecho, en la misma sala en que se realizó el juicio de El Chapo Guzmán y donde procede el caso judicial contra el ex jefe del hoy sentenciado, Genaro García Luna— Reyes Arzate fue sentenciado a la condena recomendada por los fiscales, 10 años de prisión, aunque serán ocho a partir de hoy ya que se incluyo los dos años que ya cumplió encarcelado desde que fue arrestado por los cargos de conspiración de trafico internacional de cocaína.
Fue notable el esfuerzo tanto por el acusado como de los fiscales y el juez de asegurar que Reyes Arzate, alias “La Reina”, no será testigo “cooperante” en otros casos. Desde que se “entregó” voluntariamente a las autoridades en Chicago en 2017 después de que se giró una orden de arresto en otro caso, como por sus decisiones de no disputar los cargos en su contra en ese caso y el actual, se han generado suposiciones de que estaba buscando acuerdos con los fiscales a cambio de su cooperación sobre todo en el caso pendiente de su ex jefe García Luna, entre otros.
Hoy el juez y los fiscales, después de una consulta privada entre ellos, afirmaron que Reyes Arzate no es “cooperante” pero Cogan selló los documentos en torno a la sentencia con la justificación de que eso era no revelar estrategias empleadas en las investigaciones de este y otros casos. Durante la audiencia, Reyes Arzate se quejó de que lo estaban agrediendo en la prisión por filtraciones en los medios de que era “cooperante”, informó Jesus García, periodista de El Diario y La Opinión.
El fiscal federal Breon Peace declaró al conocerse la condena que “oficiales de policía corruptos que usan sus puestos gubernamentales para promover los intereses de los carteles de droga y dañar a nuestras comunidades serán llevados ante la justicia y castigados por sus delitos”.
El jefe de la DEA en Nueva York, Timothy Foley, declaró que “los delitos de Reyes Arzate son una afrenta a las autoridades de seguridad pública, especialmente aquellos que trabajan para suprimir que las drogas ilícitas lleguen a las calles de Estados Unidos”.
Reyes Arzate estaba a cuatro días de concluir una condena en enero de 2020 por cargos girados en Illinois cuando fue arrestado de nuevo bajo los cargos federales formulados en Nueva York por los cuales fue sentenciado este miércoles.
Él se declaró culpable de los cargos de conspiración para la distribución internacional de cocaína formulados en Nueva York en octubre de 2021, en los cuales se afirma que en su calidad de comandante de la Unidad de Investigaciones Sensibles se reunió con jefes del llamado cartel El Seguimiento 39 —asociado con el Cartel de Sinaloa y la Organización Beltran Leyva— para informarles sobre una investigación conjunta con autoridades estadunidenses y aceptó un soborno de 290 mil dólares.
Reyes Arzate fue integrante de la Policía Federal desde 2003 a 2016 y en 2008 fue nombrado comandante de la Unidad de Investigaciones Sensibles. Fue cesado poco después de se reunión con los líderes de El Seguimiento 39.
La Unidad de Investigaciones Sensibles fue una entidad creada con apoyo del gobierno en Washington, en particular la DEA, y conformada de personal vetado y capacitado por oficiales estadunidenses. Por lo tanto, Reyes Arzate fue uno de los principales interlocutores en las operaciones antinarcoticos bilaterales, trabajando directamente con agentes de la DEA en Mexico e intercambiando de inteligencia con sus contrapartes estadunidenses.