Ginebra. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) informó ayer que 13 millones de personas en el Cuerno de África padecen hambre severa, y pidió ayuda inmediata para evitar que se repita la hambruna de hace una década, que acabó con la vida de cientos de miles de personas.
Además, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) denunció que unos 5.5 millones de niños menores de cinco años sufren malnutrición “aguda” en la región debido a la crisis por una severa sequía, los conflictos y la pandemia del covid-19.
Tres temporadas de escasas lluvias han creado las condiciones más secas desde los años 80 y las previsiones de precipitaciones por debajo de la media aumentarán la precariedad en los próximos meses.
“Las cosechas están arruinadas, el ganado está muriendo y el hambre crece a medida que las sequías recurrentes afectan al Cuerno de África”, detalló Michael Dunford, director de la oficina del PMA para África Oriental.
Las condiciones han diezmado el ganado, obligando a miles de personas en una región en la que muchos son agricultores a instalarse en campos de desplazados.
Algunas imágenes aéreas tomadas en las cercanías mostraban una vasta zona polvorienta con matorrales sembrada de cadáveres de ganado.
La sequía se está extendiendo a partes de Kenia, el centro-sur de Somalia y Eritrea.
El director regional de Unicef para África Oriental y Meridional, Mohamed M Fall aseveró que “las necesidades son masivas y urgentes, y están superando rápidamente los fondos disponibles para responder. Tenemos que actuar ahora para evitar una catástrofe”.
Según las informaciones recogidas por Unicef, 20 millones de personas en Eritrea, Etiopía, Kenia y Somalia necesitarán agua y asistencia alimentaria en los próximos seis meses. Es decir, casi la misma cantidad de personas que las poblaciones de Grecia y Suecia juntas.
La agencia de Naciones Unidas ha alertado que muchos de ellos son niños que corren un riesgo aún mayor debido a una de las peores emergencias inducidas por el clima de los últimos 40 años. La región no puede hacer frente a otra catástrofe, que combina el covid-19, los conflictos y el cambio climático.