Pekín. Era la entrevista que muchos periodistas deportivos deseaban: una charla con la tenista china Peng Shuai dispuesta a hablar por primera vez con la prensa occidental acerca de su denuncia de que un ex dirigente del Partido Comunista chino la obligó a tener relaciones sexuales, la que provocó temores por su seguridad en todo el mundo.
Marc Ventouillac, uno de dos periodistas del diario deportivo francés L’Equipe que hablaron con Peng en una entrevista restringida realizada con anuencia de funcionarios olímpicos chinos, compartió que no tiene certeza de que ella es libre de decir y hacer lo que quiera.
“Es imposible decirlo. Esta entrevista no da pruebas de que no hay problema con Peng”, dijo Ventouillac, al día siguiente de que L’Equipe publicó su exclusiva. Sin embargo, las intenciones de China le parecían claras: al permitir el encuentro en momentos que se desarrollan los Juegos Olímpi-cos de Invierno, las autoridades aparentemente quieren poner fin a la controversia para que no manche el certamen.
“Es parte de la comunicación, propaganda, del Comité Olímpico Chino: ‘Ok, no hay problema con Peng Shuai. ¿Lo ven? Los periodistas pueden hacer todas las preguntas que querían’”.
La entrevista, junto con una cena que tuvo Peng con el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, y sus apari-ciones en sedes de la justa, echan una luz deliberada y controlada sobre la triple medallista y ex núme-ro uno en dobles. Ayer asistió junto con Bach a la final de esquí esti-lo libre en que la estadunidense de origen chino Eileen Gu ganó el oro.