El acceso de los escritores latinos al mercado editorial de Estados Unidos tiene muchas trabas; no los publican si los hechos narrados tienen de escenario otro país o no tratan acerca de “migrantes que están sufriendo”, asegura la escritora Silvia Moreno-García, cuya novela Gótico ha vendido más de 100 mil copias en ese país y fue editada recientemente en México.
La narración, publicada por Minotauro, está localizada en Mineral del Monte, en Hidalgo. “Hay un cementerio con todas las lápidas con nombres ingleses. Parecía una película de la compañía Hammer o de Carlos Enrique Taboada. Una de las ideas fue ¿qué está haciendo en medio de México este pueblo minero inglés?”, relata en entrevista desde Vancouver, Canadá.
Explica que el gótico “es un protogénero, antepasado de varios géneros modernos. Por una parte sirve como el inicio de lo que hoy conocemos como la novela de romance, pero también es antecesor de la novela de terror en varias vertientes. Quizá de lo que se llama domestic noir.
“Es un género tan viejo, con elementos tan reconocibles, que tiene una cierta maleabilidad, de manera que puedes usar ciertos pedazos de lo gótico para construir cosas nuevas, como si fueran legos. Para mí lo interesante es esta parte, utilizar elementos originales de algo para construir otra cosa.”
Agrega que las mujeres suelen estar en una posición inferior al héroe romántico “en las novelas góticas de mediados del siglo XX. En los neorromances góticos, escritoras como Dorothy Eden y Victoria Holt mantienen bajo estrato social; entonces, normalmente es la prima pobre que va a la casa a cuidar a los niños. Siempre está el señor de la casa, guapo, malo, pero interesante.
“En Gótico esto se invierte: la protagonista, Noemí Taboada, es una joven rica, muy educada, que llega a una mansión inglesa, con británicos que viven en México como diciendo: ‘soy la gran cosa y superior a ti’. Sin embargo, ella es una mujer que revira: ‘No, tú casa es horrible, estás adaptado a maneras de pensar anticuadas y de superior no tienes nada’.”
Moreno-García (1981) menciona que “todo autor de literatura fantástica tiene un libro gótico dentro, igual que un cuento de Lovecraft. Se me hace uno de esos clásicos que quieres ver si puedes llevar a cabo. Muchas de las cosas que hago son por eso: ver si lo puedo hacer.
“Entonces, era una historia de amor muy larga con este género. Es un escape del mundo normal y corriente, porque ¿quién va a leer una novela gótica llena de monstruos y cosas extrañas en un año de pandemia? ¿Quién no quiere irse a un castillo encantado por un momento en vez de estar atrapado en un departamento por el covid?”
Sobre una escena donde se habla de eugenesia, la también editora cuenta que ha estado en cenas “con personas que tienen ciertas ideas de lo que significa ser latinoamericano o extranjero. Te dicen: ‘en tu país todo mundo usa sombrero, vive en chozas, nadie sabe nada acerca del mundo, nadie sabe inglés’.
“Esta es una parodia de las conversaciones con personas que en serio parecen pensar que el pináculo de la cultura es la blanca anglosajona y todo mundo está debajo de ella, obviamente tú eres medio salvaje.”
Ganadora del Premio Locus 2021 por Gótica, relata que cuando “trataba de vender mi novela, editores me dijeron: ‘no podemos comprarla, es buena, pero está ubicada en México y nadie va a leerla’. Cada año publican miles de libros con acciones en Estados Unidos que no venden bien y no los culpan por eso”.
La autora de origen mexicano recuerda que le pidieron cambiar su nombre o el de sus personajes porque Silvia Moreno-García “era muy raro y largo” y que se pusiera “algo más anglosajón. Como una idea muy miope de lo que las personas pueden leer.
“Yo quería escribir un cuento de terror y quizá algún otro sobre un viaje a la Luna, de robots o de guerreros aztecas en un mundo de fantasía; sin embargo, te espetan: ‘eso no es para ti; tú, con las historias de sufrimiento de inmigrantes latinos y te dejas los cuentos de terror, las de casas embrujadas y de ciencia ficción para otro tipo de gente’.
“Ha sido un reto ser publicada, pero ya tengo muchos años en este negocio y lo he hecho poco a poco, también moviéndome mucho, cambiando de editorial y otras cosas”.