Ayer comenzó la prohibición a embarcaciones mexicanas del Golfo de México de pasar a los puertos de Estados Unidos, debido a la certificación negativa otorgada en agosto pasado por la sección de pesquerías de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), la cual explicó que la sanción se da porque en varios años pescadores mexicanos capturaron ilegalmente pargo rojo en aguas estadunidenses, lo que además provoca la muerte incidental de tortugas marinas.
Ante ello, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) sólo emitió un comunicado el 21 de enero, en el que dijo que para evitar la entrada en vigor de la restricción anunciada para el 7 de febrero, se realizaba una “consulta y comunicación” con dependencias y con la industria pesquera. Desde el 12 de enero, cuando la NOAA informó que entraría en vigor la sanción, se buscó la posición del organismo vía telefónica, pero no hubo respuesta.
Al dar su certificación negativa, en agosto de 2021, la NOAA sostuvo que hay una continua incapacidad de México para combatir la pesca no autorizada por embarcaciones pequeñas en aguas estadunidenses. Explicó que interceptaron 287 lanchas por sospecha de pesca ilegal, lo cual derivó en 248 casos, y fueron entregados al gobierno de México, pero no se frenó el paso ilegal de las embarcaciones.
La sanción consiste en la prohibición a las embarcaciones de acceder a los puertos de Estados Unidos y contar con los servicios que ahí se otorgan. NOAA señaló que Estados Unidos trabajaría con México para respaldar sus acciones sobre los problemas identificados en 2019 y 2021 a fin de restablecer los privilegios portuarios de ese país cuando se hayan tomado medidas en México. En Tamaulipas hay 10 mil 134 pescadores ribereños y mil 214 de altura.
Del barco al plato
La organización Oceana México dijo que el cierre de puertos afectará a pescadores que sí se apegan a la ley y Conapesca no ha presentado un plan para revertir las sanciones. Indicó que un primer paso sería aprobar la norma de trazabilidad que permita rastrear el pescado del “barco al plato” y evitar que se cierren mercados.
Esteban García-Peña, director de Pesquerías en Oceana explicó que hay pescadores ribereños y de media altura que ya no encuentran huachinango y pargo en Tamaulipas, se meten a aguas del país vecino, los han arrestado y deportado. Indicó que los pescadores pasan a esas aguas porque de este lado ya se agotaron las especies, y esto ilustra el problema de la ausencia de la restauración de las pesquerías.