El 6 de febrero de 2021, el actor, empresario y ahora candidato a gobernador, Roberto Palazuelos Badeaux, dijo en una entrevista a Yordi Rosado, conductor y productor de programas ligeros en radio y televisión, que junto con acompañantes había matado a dos personas en una etapa borrascosa de su vida (https://bit.ly/3gxlXnG).
En dicha plática, desarrollada en una clave de intimidad y jocosidad, Palazuelos agrega elementos a su larga historia pública de autocelebración de actitudes arbitrarias, clasistas y, en este caso, de peligrosidad delictiva.
Confrontados con personas que se valían de una “pinche pistolita” calibre 22, Palazuelos y sus acompañantes, a quienes describió con un sentido patrimonial (“traía un teniente del Ejército con una 9 milímetros de uso exclusivo, y traía un amigo mío colombiano mafiosón, con otra 9, más chueca que él”) terminaron matando a sus adversarios.
Dado que se graduó como licenciado en derecho a los 45 años, en el campus Cancún del Tec Milenio (cuatro años antes había terminado por Internet los cursos para obtener sus certificados de secundaria y preparatoria: https://bit.ly/3ozbJI6), Palazuelos consideró apropiado poner en juego su sapiencia: “Yo, con mi conocimiento jurídico, dije: este wey ya le jaló (a la pistola), trae pólvora; si me lo chingo es legítima defensa. De repente veo que se está agarrando con el de la puerta y la chingada, se armó una puta balacera, Yordi… matamos a dos cabrones… Matamos al gordo, matamos a otro güey”. Yordi le preguntó si él (RP) había matado: “Todos, todo mundo le dio a todos”, respondió.
En otra entrevista, en el programa de YouTube Pinky promise, había relatado las francachelas, con cargo al erario y bajo cuidado del Estado Mayor Presidencial, que vivió con hijos del ex presidente Miguel de la Madrid. En cuanto decidían a cuál casa de descanso de Fonatur irían a pasar el fin de semana, “se iba toda la avanzada, llegaba un avión del Ejército con todos los militares, montaban todo el rollo” ( ). Episodios similares habría vivido durante las administraciones de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, según las siempre animadas revelaciones de quien es apodado El Diamante Negro.
A pesar de los constantes señalamientos de misoginia, abusos e incluso violaciones a la legalidad, tanto en operaciones inmobiliarias y mercantiles como en abusos que él mismo narra cual anécdotas presuntamente graciosas, el mirrey Palazuelos fue buscado con insistencia por la dirigencia del fideicomiso de liquidación del Partido de la Revolución Democrática para que fuera su candidato a la gubernatura de Quintana Roo, con la pretensión de extender tal postulación a sus aliados nacionales, Acción Nacional y el Revolucionario Institucional.
No avanzó tal pretensión tripartidista y entró a la pepena el Movimiento Ciudadano, con experiencia en abanderar figuras política e ideológicamente huecas pero electoralmente redituables, como Samuel García y su manejadora desde redes sociales, Mariana Rodríguez, en Nuevo León.
A pesar del talante conocido de Palazuelos y de exigencias internas de que le sea retirada la candidatura, Movimiento Ciudadano se aferra a sostenerla. Habrá de verse si los órganos electorales, local y, en dado caso, federal, convalidan tal postulación que contraviene de manera explícita los objetivos superiores que se buscan cuando se propone y elige a un gobernante, sobre todo en una entidad dominada gravemente por los fenómenos de violencia, prepotencia, corrupción y consumo de drogas que el propio Palazuelos confiesa como correrías de su vida.
Por lo demás, en Quintana Roo no hay opciones de mejoría a la vista, pues la candidatura de Morena, entregada al estilo de Mario Delgado a María Elena Hermelinda Lezama, conocida como Mara Lezama, también está rodeada de los densos intereses que dominan a la región y sobre todo al municipio de Benito Juárez, que incluye a Cancún, donde ha sido presidenta municipal. ¡Hasta mañana!
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