Ciudad de México. México se ha convertido en el principal importador de maíz en el mundo, ya que del total del consumo nacional que es de casi 45 millones de toneladas al año, en el país se producen entre 27 y 28 millones de toneladas, el resto se importa. Se estima que las compras al exterior de maíz en 2021 cerrarán en 17.5 millones de toneladas, señaló Luis Fernando Haro, director del Consejo Nacional Agropecuario.
Agregó que la superficie de siembra para todo tipo de cultivos ha decrecido en el país, ya que pasó en 2014 de 22 millones de hectáreas a 18 millones en 2020, casi 4 millones menos. Esto se debe en parte al cambio climático, pues ha habido años sequía, y a la política pública. Tan sólo el presupuesto de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) en tres años cayó 40 por ciento, sostuvo en entrevista.
Sobre el maíz dijo que tan sólo en 2021, 39.1 por ciento del consumo nacional se cubrió con importaciones ante la demanda, sobre todo pecuaria. “Hay preocupación en la producción nacional, no ha crecido en zonas, ha decrecido en otras. Cada vez se es más dependiente, hay superávit en maíz blanco, pero en el amarillo las compras serán récord”, agregó.
En total, de granos y oleaginosas las importaciones finalizarán con un récord de 38.7 millones de toneladas, 10.8 por ciento más que en 2020, y el valor tendrá un aumento de 56.4 por ciento, 15 mil millones de dólares indica el CNA.
Agregó que en menos de un año los fertilizantes se encarecieron más de 100 por ciento. “Crece el costo de producción y productores limitan el uso de las dosis recomendadas por el alza en los costos y esto repercute en el rendimiento.”
El superávit de la balanza agroalimentaria en 2020 era de más de 20 mil millones de dólares, pero ante el récord en importaciones caerá a unos 8 mil millones de dólares; no cayeron las exportaciones, pero sí crecieron las compras al exterior, cada vez más hay dependencia.
En la Sader se han eliminado apoyos a la comercialización, el ingreso objetivo, el tema de coberturas, y los productores nacionales compiten con los de otros países que sí reciben apoyos oficiales, explicó.
“El agro debe considerarse estratégico. Es delicado depender de manera importante de otros países.”