No hay calificativos para describir la enorme solidaridad de los migrantes mexicanos con sus familias y sus lugares de origen. En plena crisis por la pandemia en el mundo, el monto de las remesas que llegaron al país en 2021 alcanzó 51 mil 471 millones de dólares, 27.38 por ciento más que en 2020, y el mayor incremento porcentual en 18 años. Son cifras del Banco de México.
En este espacio de opinión, comentamos el esfuerzo extraordinario que había significado para nuestros connacionales, la inmensa mayoría sin estatus migratorio regular, el envío de 40 mil 406 millones de dólares en 2020, un monto histórico en su momento.
Los dólares enviados por los migrantes, en alza constante los últimos ocho años, alcanzaron ya una proporción de 4 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país, como expresó Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México.
El aumento en el flujo de remesas en 2021 respecto de 2020 fue de casi 11 mil millones de dólares, más del doble del incremento en cualquier año anterior. El más elevado había sido de 5.3 mil millones de dólares, en 2003 respecto de 2002, cuando las remesas llegaron a significar 2.08 por ciento del PIB.
En esta ocasión, según informe revelado la semana pasada, la combinación virtuosa de dos factores, mayor número de operaciones y mayor valor de las remesas promedio produjeron el nuevo máximo histórico de los envíos de dinero de los mexicanos que trabajan en el exterior, principalmente en Estados Unidos.
Para decirlo de manera cuantitativa, durante el año pasado el número de operaciones de envío de remesas registró su alza más pronunciada en 15 años, 14.33 por ciento, para alcanzar 136.36 millones, cifra sin precedentes. Al mismo tiempo, el valor de las remesas promedió un máximo histórico de 377.13 dólares, 11.43 por ciento más que el año anterior.
Pese a que, en el cómputo mensual de diciembre de 2021 las remesas disminuyeron 1.88 por ciento respecto a noviembre, eso no incidió para que en el balance anual se registrara un máximo histórico en el total de los envíos.
En cuanto a la operación de envío, el año pasado 98.9 por ciento del total de los ingresos por remesas ocurrió vía transferencias electrónicas, al ubicarse en 51.045 millones de dólares, informó el banco central.
Para 2022, se prevé un aumento anual en las remesas de 13.71 por ciento respecto de 2021 para alcanzar, de concretarse, otro récord de 58.667 millones de dólares.
Así, los envíos de divisas de los 38 millones de mexicanos y personas de origen mexicano que viven en el exterior, especialmente en Estados Unidos, se han convertido en años recientes en una de las principales fuentes de ingresos del país de origen externo. De hecho, las remesas están ya en segundo lugar, rebasando al turismo y a la inversión extranjera directa, según la Subdirección de Análisis Económico de Monex Grupo Financiero.
Las remesas benefician directamente a 10 millones de familias mexicanas y de manera indirecta a toda la economía nacional. Por eso, para los expertos financieros, el elevado monto de las remesas tuvo un importante efecto colateral: la estabilidad del tipo de cambio, que tuvo su momento crítico en marzo de 2020, cuando superó 25 pesos por dólar y que en 2021 también vivió momentos de incertidumbre.
La contribución de los migrantes mexicanos a la construcción y mantenimiento de la economía estadunidense, por su trabajo, consumo y pago de impuestos como aquí mismo hemos documentado, ha sido también fundamental, especialmente en estados como California, Texas, Illinois, Nueva York y Florida, cada uno con un PIB superior a los principales países europeos.
Sin embargo, desafortunadamente la iniciativa que el presidente Joe Biden sometió al Congreso, de avanzada en su contenido pues abría un camino para la residencia legal y aún la ciudadanía a casi 11 millones de indocumentados, la mayoría de origen mexicano, no ha avanzado nada desde el primer día de su mandato, en ninguna de las cámaras.
Las perspectivas de aprobar una gran reforma migratoria, se observan cada vez más reducidas por el timing político-electoral a medida que avance 2022, pues en noviembre se celebrarán las elecciones intermedias, en las que el Partido Demócrata en el poder corre el riesgo de perder la mayoría en el Congreso.
Al contrario, las deportaciones y las detenciones en la frontera han alcanzado cifras récord, ostensiblemente mayores que las registradas en los puntos más altos de la administración trumpista: más de 1.7 millones de detenciones de indocumentados que cruzaron en 2021, cifra sin paralelo en las últimas décadas.
En suma, enorme y creciente la contribución de los migrantes mexicanos a la economía nacional y a la economía de Estados Unidos, un esfuerzo extraordinario que amerita incentivar, hasta concretarse, un respeto estricto a sus derechos humanos, laborales y sociales, comenzando por la regularización de su estatus migratorio.