Cancún. Habitantes del ejido Morocoy, a unos 80 kilómetros de la ciudad de Chetumal, instalaron una “caseta de cobro” a la entrada de la zona arqueológica de Dzibanché, pues aseguran que han sido relegados de los beneficios económicos que representa la afluencia de turistas a este sitio.
El domingo 6 de febrero, los ejidatarios realizaron una asamblea general donde acordaron cerrar el acceso de la carretera que lleva a la zona arqueológica y la instalación de su propia caseta de cobro de 50 pesos a turistas nacionales y de tres dólares a visitantes extranjeros.
Los habitantes señalaron que los ingresos permitirán efectuar reparaciones de la carretera, la casa ejidal y otros servicios que se requieren en la comunidad.
Los ejidatarios recordaron que desde hace 20 años han solicitado al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y a la empresa Aviomar que los ingresos que se obtienen por concepto de entrada a la zona arqueológica de Dzibanché sirvan para atender las necesidades de la comunidad, sin que hasta el momento hayan tenido una respuesta a su solicitud por lo que optaron por tomar sus propias medidas.
Cabe señalar que durante el año 2021, esta zona arqueológica recibió más de cinco mil turistas lo que dejó una derrama aproximada de unos 300 mil pesos.
Durante el año 2021 hubo un repunte en el número de visitantes a las zonas arqueológicas en Quintana Roo pues de acuerdo con las estadísticas de la Secretaría de Turismo, de enero a junio de ese año se registró un incremento del 19 por ciento.
En el primer semestre del 2020 se recibieron 687 mil 461 visitantes en las zonas arqueológicas de la entidad, de los cuales la gran mayoría se recibió en Tulum, con 414 mil; seguido de Cobá, con 166 mil; Chacchoben, 48 mil; San Gervasio, 22 mil, y Kohunlich, con 13 mil.
Los otros sitios arqueológicos recibieron números menores, Dzibanché-Kinichna, cinco mil; El Meco casi cuatro mil; El Rey, cinco mil; Muyil, tres mil; Xcaret, 112, y, Xel-Há, 672 visitantes.