El balance financiero público federal cerró el año crítico con un déficit de -758 mil millones de pesos, ligeramente mayor a 2020 (-676 mil millones), y resultante de un ingreso de 5.961 billones (5.6 por ciento sobre 2020) contra un gasto de 6.739 billones (6.4 por ciento más), lo que arroja un déficit de -778 mil millones, que se reduce en 20 mil millones al incluir el superávit de los organismos de control indirecto (Gráfico 1). El balance primario (sin incluir el costo financiero de la deuda) perdió el saldo positivo de 2019 y 2020, y finalizó 2021 con un saldo negativo de -72 mil millones.
De los ingresos, los petroleros ascendieron a 1.157 billones, 80.6 por ciento sobre 2020, y los no petroleros a 4.804 billones -4.0 por ciento. De estos últimos, los ingreso tributarios (por impuestos) del gobierno federal sólo crecieron 1.1 por ciento (el ISR 1.9, el IVA 7.7, y el IEPS -18.0 por ciento); y los ingresos no tributarios (derechos, productos, aprovechamientos y otros) se redujeron -33.8 por ciento, aunque en realidad regresaron a su nivel normal previo a 2020, año en que hubo una transferencia especial a Hacienda de 204 mil millones del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios. De los organismos, los ingresos del IMSS crecieron 2.2 por ciento y decrecieron los del ISSSTE -22.5 por ciento y de la CFE -8.4 por ciento.
El gasto público (6.4 por ciento más) se subdivide en: el gasto de los ramos autónomos aumentó 3.5 por ciento; de los administrativos 20.4 por ciento (destacando el relativo a energía 486 por ciento por Dos Bocas y otras inversiones, y turismo 153 por ciento por el Tren Maya); el de los ramos generales decreció -2.2 por ciento; el gasto de la CFE aumentó 5.6 por ciento, el de Pemex 31.2 y el del IMSS 5.4, pero el del Issste decreció -4.2 por ciento (Gráfico 2). El costo financiero de la deuda fue de 687 mil millones (-5.3 por ciento).
La deuda bruta (lo que se debe) del sector público aumentó 1.049 billones de pesos a 13.490 b, cifra equivalente al 51.5 por ciento del PIB estimado (Gráfico 3). La deuda interna subió a 8.928 billones y la externa bajó ligeramente a 222 mil millones de dólares.
En comparativo del FMI, que incluye toda la deuda gubernamental como porcentaje del PIB, México con 59.8 por ciento está en mejor posición que, por ejemplo, España con 120.2, Estados Unidos 133.3 o Japón 256.9 (Gráfico 4). Cabe aclarar sin embargo, que los industrializados se financian en alto grado con bancos y otras fuentes propias y arraigan así los intereses, no así México.
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