Hoy día no es posible que un proyecto político sea socialista, porque Karl Marx (1818-1883) no vio el problema del feminismo, la ecología o el de las culturas originarias, considera el filósofo Enrique Dussel, uno de los grandes marxistas de América Latina.
Con seis libros publicados sobre ese tema tan sólo en la editorial Siglo XXI, el autor de Las metáforas teológicas de Marx (1994) cuenta con orgullo que entre los marxistas franceses, italianos “y demás, me consideran un marxista estricto, porque lo he leído en alemán y tengo tesis de interpretación propias; cuando Marx es un desconocido para ellos, he descubierto cosas interesantes que no han visto.
“Sé el marxismo, por eso no hablo de que en este momento el proyecto político del país sea siquiera socialista, pues el mismo socialismo fue muy eurocéntrico, leninista, soviético, ortodoxo, y no entendía a América Latina.
“Admito la posición que tuvo Bolívar Echeverría (1941-2010, ecuatoriano, naturalizado mexicano), quien conocía a Marx en alemán, e incluso la de Adolfo Sánchez Vázquez (1915-2011), a pesar de que no lo conocía en alemán y no pudo llegar a la profundidad de Bolívar, con quien tuve diálogos acerca de mi interpretación de Marx, a partir de la lectura muy estricta que hice durante 10 años; me la pasé zambullido en él.
“En la Facultad de Filosofía de la UNAM en los años 80 había mucho marxismo, pero althusseriano, cuando a la marxista chilena Marta Harnecker (1937-2019) la conocí en París antes de conocer a Louis Althusser (1918-1990), así que tengo una larga experiencia.
“Entonces, por una parte, estoy de acuerdo en la crítica al capitalismo de Marx, pero un proyecto político hoy no es posible que sea ya socialista, tiene que ser otra cosa.
“Cuando alguien dice ‘lucha de clases’, está bien, pero los obreros no están en la punta de esa lucha de clases. Hoy están otras personas, otros sectores. La categoría fundamental no es la clase, es el pueblo, y ahí sí me agarro con cualquiera, porque dicen que pueblo es muy indefinido y parece populismo. No.
“Pueblo es algo muy preciso, pero complejo. Mi política de la liberación es del pueblo, y ahí hay una gran coincidencia con la manera en la que el presidente Andrés Manuel López Obrador presenta las posibilidades de la política.
“No vamos a dar pasos a la manera revolucionaria para de un día para otro cambiar la tierra, como Lenin o como Fidel Castro. No. El cambio subjetivo de las personas dura decenios. Tenemos que modificar una cultura democrática, pero no va a ser socialista. Será otra cosa, pero tampoco capitalista, ni eurocéntrica. El futuro es global.
“El Estado debe defender al pueblo, y defendernos de las potencias extranjeras. No es una izquierda extrema que disuelve al Estado porque es anarquista, al contrario. Tenemos que fortalecer al Estado para que haya alimentación, salud, defensas de los intereses.
“Es un proyecto popular, pero no populista, que en el futuro superará al capitalismo, a la modernidad eurocéntrica a partir de las tradiciones, tanto de árabes, chinos, bantúes, africanos, y nosotros desde nuestra cultura latinoamericana; México, sobre todo, desde su espléndida historia de 7 mil años que se desprecia todavía. La lucha no es fácil, habrá que seguir siendo crítico, y latinoamericano. Tenemos que poner los fundamentos de la creación de un nuevo tipo de cultura, una nueva sociedad y economía política. Para eso es la filosofía de la liberación”, concluye Dussel.