Santiago. El canciller chileno Andrés Allamand renunció al cargo el domingo en medio de críticas por su ausencia en la crisis migratoria que se vive en el norte del país ante la llegada masiva de extranjeros por pasos no regulados y cuestionamientos por encontrarse en Madrid durante sus vacaciones preparándose para un nuevo cargo que asumirá en abril.
Allamand presentó su dimisión tras una reunión telepática con el presidente chileno Sebastián Piñera, quien designó a la actual subsecretaria de Relaciones Exteriores, Carolina Valdivia Torres, como canciller hasta el 11 de marzo, cuando asuma el nuevo gobierno encabezado por el izquierdista Gabriel Boric.
“Hay que admitir que la situación ha originado una serie de críticas al gobierno y al trabajo del Ministerio”, señaló Allemand a la prensa. Las críticas “no sólo han distorsionado las actividades que he realizado en el extranjero, sino que han contribuido a tensionar inconvenientemente el clima político”, lo que le llevó a presentar su renuncia, explicó.
En los últimos días se han producido diversas manifestaciones en el norte del país contra la migración masiva no controlada y el aumento de la inseguridad en la región.
El canciller fue criticado también por pasar sus vacaciones en Madrid, destino que será la sede de su nuevo puesto laboral en abril, como titular de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).
“A partir de las críticas que se han formulado en los últimos días no va a ser posible compatibilizar el ejercicio de mi cargo de canciller con actividades de preparación para las tareas que debo asumir próximamente", afirmó.
“Algunos sectores que estimo son minoritarios parece molestarles que en definitiva hayamos asumido una responsabilidad tan importante en una instancia con la que Chile tiene tanto compromiso", manifestó Allamand en referencia a la SEGIB, que se encarga de apoyar la organización de las Cumbres Iberoamericanas de jefes de Estado y de Gobierno y busca dar cumpliminto a sus mandatos.
La oposición política, incluso, había planteado la posibilidad de realizar una acusación constitucional en el Congreso contra el canciller por “abandono de deberes”.