Un poco más sobre el costo de generación de electricidad y su impacto en precios finales.
El principal componente del costo tiene más significancia en consumidores “cercanos” a la generación, suministrados en muy alta y alta tensiones. Grandes o muy grandes como, por ejemplo, bombeo de agua del Cutzamala o Metro de la CDMX.
Medianos y pequeños consumidores de media y baja tensiones pagan otros componentes, pero la generación sigue siendo muy relevante. Son medianos consumidores de empresas, servicios públicos, diferentes bombeos. También pequeños consumidores de empresas, servicios y, desde luego, hogares.
La tarifa debe recuperar cargos fijos y variables de generación, condición de adecuada expansión, que sea garantía del suministro, de calidad, confiabilidad y seguridad. El cargo fijo depende de tecnología, tamaño y durabilidad de centrales, agrupa costos de construcción, equipos, materiales, mano de obra, financiamiento, así como costos fijos de operación y mantenimiento. Los recupera en su vida útil, opere o no, a plena capacidad o a menos; siempre debe estar disponible y bien.
Este cargo fijo se expresa, por ejemplo, en pesos por megavatio al año. El de operación o variable en pesos por megavatio-hora, integra costos de combustible, que depende del precio de éste, del régimen térmico y eficiencia de la tecnología. Además, debe recuperar cargos de operación y mantenimiento variables.
Usualmente, la tabla de mérito del despacho eléctrico de centrales se determina con el ordenamiento horario de menor a mayor costo variable, de generadores necesarios para cubrir demanda. El más alto del periodo inyecta el último kilovatio-hora exigido. Es el marginal horario.
Este ejercicio se fundamenta al optimizar la función de costos y buscar el costo mínimo. Varía con cambios en la demanda. Ahora bien, de acuerdo al marginalismo, se paga a todo generador ese marginal horario. Por definición superior, a todos los participantes. Analogía –salvadas las diferencias– de lo que sucede en petróleo, gas natural, carbón. También en cobre, maíz, trigo y café.
Sin duda. Transferencia de principios ricardianos: incorporación de tierras menos fértiles para atender demanda, elevación del costo de producción regulador y tendencia decreciente de la rentabilidad general. Me insiste Perogrullo en señalar que al pagarse a todo generador el costo marginal horario, se da un excedente, una renta. Explicada por tecnología o explicada por posesión de un recurso natural, agua, sol, viento. ¡Cuidado!
En ambos casos explica diferencia del menor costo individual con el más alto marginal horario. Sin duda se trata de un agudo problema teórico, pero también social, por la tarifa resultante. Sí, por ello mismo aún es objeto de ríspido debate.
Dos razones. Se discute si con esa renta se logra pagar el costo fijo del generador. Unos lo aseguran, otros lo niegan. También se discute que, en muchos casos, no sólo se recupera el costo fijo, sino que se obtiene otro excedente que encarece el precio final. La llegada masiva de renovables –costo variable casi nulo– aviva la polémica. Conduce a alternativas. Mecanismos complementarios de recuperación del costo fijo. Organización industrial que impidan apropiación privada de excedentes en un servicio público. El asunto involucra principios constitucionales. Más aún si queremos –como necesitamos– eficiencia, electrificación y descarbonización integral (huella de carbono) crecientes. Y costos decrecientes.
De veras.