El comercio entre México y China cerró 2021 por arriba de los 100 mil millones de dólares, de acuerdo con estimados de la embajada del país asiático, con lo que se batirá el récord histórico de 90 mil 939 millones de dólares registrado en 2018.
Los datos más recientes del Banco de México (BdeM) señalan que de enero a noviembre del año pasado el comercio bilateral entre ambas economías se ubicó en 98 mil 963 millones de dólares, lo que hace muy factible la estimación de China.
No obstante, el reto de México es equilibrar la balanza, pues de esos 100 mil millones de dólares, menos de 10 mil millones corresponden a exportaciones mexicanas.
En concreto, según cifras del BdeM, entre enero y noviembre pasado, el saldo de las ventas de México a China se ubicó en 8 mil 407 millones de dólares, un incremento anual de 17 por ciento frente a los 7 mil 130 millones de igual lapso de 2020.
En tanto, las importaciones de México se ubicaron en 90 mil 555 millones de dólares en el mismo periodo, cifra 36 por ciento superior respecto a los 66 mil 138 millones de dólares del año previo.
De esta forma, la balanza comercial de los primeros 11 meses del año registra un saldo negativo de 82 mil 148 millones de dólares.
Apremian cambios
Este elevado déficit comercial ha prendido las alarmas en el gobierno federal, pues hace unos días el secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, hizo énfasis en la necesidad de que México y sus principales socios (Estados Unidos y Canadá) reacomoden sus cadenas para dejar de depender tanto del país asiático.
“Llevamos un proyecto que empieza a sonar, que es un proyecto de coordinarnos para visualizar en el tiempo la insostenibilidad de tener déficits externos comerciales demasiado grandes con otras regiones del mundo”, dijo el funcionario durante una visita de la secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm.
Ramírez de la O hizo referencia a un plan que anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador hace algunas semanas, el cual busca integrar la economía y el desarrollo industrial de América del Norte con el objetivo de hacer frente al dominio comercial de China.