México está perdiendo el impulso que la economía de Estados Unidos le transmite vía exportaciones e importaciones, uno de los principales elementos que fueron parte de su salida en las crisis económicas que ha enfrentado en los pasados 25 años.
Lo anterior, debido a que México se está quedando atrás por no tener una política industrial propia de mayor valor agregado tecnológico y científico.
Analistas consultados por La Jornada coinciden en que, independientemente de la pandemia, la trayectoria de crecimiento económico entre Estados Unidos y México siguen tendencias divergentes a partir de 2018, lo que hace prever un desacoplamiento que se puede ampliar a mediano y largo plazos.
Tan sólo del cuarto trimestre de 2018 al mismo periodo de 2021, la economía mexicana registró una contracción de 3.8 por ciento, mientras que la estadunidense creció 5.8 por ciento.
José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), explicó que el desacoplamiento que se está registrando entre ambos socios comerciales va a ser pequeño a corto plazo, porque muchas inversiones ya están realizadas, todo lo que ya está en México ya está operando.
El problema será a mediano y largo plazos, ya que con las nuevas inversiones para ampliación de plantas con nuevas tecnologías –en los sectores productivos que Estados Unidos considera estratégicos– existe el riesgo de la falta de sincronía y de vinculación, ante la falta de una política industrial propia.
“México necesita una política industrial propia, que desarrolle nuevos sectores productivos con innovación tecnológica, de productividad y de vinculación de encadenamientos internos. Esto le dará un mercado interno sólido que le permita no depender de la evolución de la economía de Estados Unido, pero que a la vez ese sector productivo, con mayor valor agregado, pueda competir por el mercado de Estados Unidos con mayor tecnología y no con elementos de maquila”, describió De la Cruz.
La liga no se ha roto
La rápida salida de la crisis económica de México en 1995 fue por su vinculación con Estados Unidos, algo similar ocurrió en 2001-2009, cuando el sector exportador transmitió la recuperación de Estados Unidos. En esta ocasión no está ocurriendo.
Más de 80 por ciento de las exportaciones de México son hacia Estados Unidos y más de la mitad de lo que compra es a dicha economía; en su conjunto, exportaciones e importaciones representan poco menos de 700 mil millones de dólares. Es decir, sí es un elemento que da vigor a la economía mexicana.
De acuerdo con Joel Virgen, director de Out of the Box Economics, la liga económica entre México y Estados Unidos se mantiene vigente, prueba de ello es la actualización del T-MEC. Sin embargo, reconoce que en los pasados cuatro años los contrastes y visiones de política económica entre ambas economías han contrastado.
“En la vecindad de la pandemia, la diferencia de política económica ha dado cierto desacoplamiento. Desafortunadamente, la pandemia no ventila claramente qué tanto se han separado ambas economías.”
La postura de Estados Unidos, que busca dinamizar su industria y que sus empresas se queden en su terreno, está pesando sobre la actividad productiva de México; toda vez que para atraer las inversiones que están saliendo de China o de otros países asiáticos para buscar nuevas ubicaciones, México requiere de un programa de política industrial que lo haga atractivo para que lo elijan.
“Desde el 2019 se empezó a notar cierto desacoplamiento entre los ciclos económicos de México-EU, coincidentemente a raíz del inicio del nuevo gobierno en México. Este desacoplamiento se dio de manera más evidente durante la recesión-recuperación del 2020-2021, lo cual indica que factores netamente internos se han convertido en un freno para la economía mexicana, de tal forma que el país no está aprovechando las ventajas del mercado externo para engancharse al ciclo de recuperación”, sentenció Alfredo Coutiño, director general de Moody’s Analytics.
De la Cruz añadió que el mercado interno de México en este momento no tiene la solidez para crecer e incentivar la inversión; por lo que va a haber un “costo de factura” por esta falta de sincronía con el ciclo de Estados Unidos, desafortunadamente en crecimiento económico, no más allá de 2 por ciento; insuficiencia de plazas laborales, principalmente para jóvenes, y bienestar en general para los mexicanos.