Arturo Gilio y Miguel Aguilar resultaron triunfadores en las corridas de aniversario de la Plaza México. Una nueva generación de toreros mexicanos llega pidiendo un lugar. Ambos salieron a hombros con cortes de orejas. El primero el viernes y el segundo la tarde de ayer.
Arturo Gilio enloqueció al publico toreando a un bravo novillo de Núñez del Olmo que se rebosaba al embestir.
Gilio, exquisito en el sentir y recio al torear. Le sobraba sentido grande a su personalidad. Dispuesto a lo que venga se enredó al bravísimo novillo y acabó con el cuadro. Triunfo del chaval al torear bañado en lágrimas toreras, calidad rutilante de virilidad.
Arturo Gilio es hijo de torero y tiene en la sangre la pasión en su lugar. Y un torear para pocos.
Tan es así, que con la plaza casi vacía encontró su espacio a la luz de sus pases naturales y trincherazos y un estocadón que le valió la apoteosis.
Gilio toreó con lágrimas en la cara. Entre sollozos y balbuceos brotaba un toreo que transmitió a los cabales en el tendido. La salida en hombros fue total y espontánea.
Si triunfó el Gilio, Miguel Aguilar se encontró a un toro de Begoña de dulce embestir y no lo desaprovechó.
En tarde en que el resto de los toros se quedaron parados una vez más, como la mayoría de los que salen por la puerta de toriles últimamente.
El toreo de Aguilar tiende a ser más artístico y no se perdió en la plaza pese a torear con El Juli y con El Payo.
No es poco triunfar con figuras del toreo que a su vez hasta donde fue posible también triunfaron.
El Juli con un toro de regalo y El Payo a un invalido gracias a su poderosa muleta.
Todo esto en corrida de aniversario signada por la muerte del empresario Alberto Bailleres y la plaza llena en el tendido y media entrada en los generales.
Queda todavía una corrida con Adame y Roca Rey.
Tarde de aniversario con Gilio y Aguilar a hombros de los aficionados.