La Asamblea General de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) –integrada por profesores, estudiantes y trabajadores de ese centro educativo– advirtió que no cejará hasta conseguir mejores condiciones para el trabajo y el estudio.
“Continuaremos con las movilizaciones y, de considerarlo necesario, escalaremos el tono de la protesta en los siguientes días. Consultaremos ampliamente a la comunidad de profesores, estudiantes y trabajadores de nuestra escuela para definir y consensuar nuestra ruta de lucha; pasaremos de los mítines y festivales a las marchas y plantones, tomaremos edificios, museos, monumentos y zonas arqueológicas de interés nacional, organizaremos paros escalonados de 24, 48, 72 horas y, como última vía, estallaremos la huelga de ser necesario”, amagó.
Dicha instancia organizó este sábado un acto político-cultural afuera de la zona arqueológica del Templo Mayor, en la Ciudad de México, en protesta a la respuesta negativa que recibió el lunes 31 de enero de la Secretaría de Gobernación (Segob) a su petición de implementar mesas interinstitucionales para solucionar la añeja problemática en la ENAH.
“La respuesta de la Segob deja claro que no quieren intervenir para resolver un conflicto de más de 30 años; al contrario, nos devuelve a discutir con el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien ha incumplido sus compromisos y, fuera del discurso, hasta la fecha ha sido incapaz de solucionar las exigencias de la ENAH y las demás escuelas y unidades administrativas del instituto.”
Antes del programa cultural –conformado por música, danza y poesía, así como un mercado de trueque–, los integrantes de la asamblea dieron a conocer un pronunciamiento en el que plantearon una serie de exigencias, además de hacer un breve repaso de las condiciones de precariedad económica y laboral en las que, dicen, está la institución educativa.
Precisaron que sus demandas son las mismas que en 2018, cuando la comunidad de la ENAH, organizada en Asamblea General, estableció una serie de acuerdos en materia presupuestal y laboral con autoridades del INAH, luego de mantener tomadas las instalaciones de la escuela durante un mes.
“Los compromisos firmados quedaron para la anécdota, pues al día de hoy la inmensa mayoría de éstos han sido incumplidos”, criticaron los inconformes, quienes, entre otras de sus exigencias, reiteraron la de “la mejora inmediata de las condiciones laborales de los profesores y trabajadores, que tengan contratos anuales, reciban aumentos salariales urgentes, se les reconozca su antigüedad laboral y, en un acto de justicia laboral”, sean basificados.
También demandaron “una auditoría independiente al INAH, porque estamos hartos de la corrupción y de los abusos de poder”. Consideraron inaceptable, inmoral e indigno que mientras las autoridades tienen salarios de más de 50 mil pesos, haya trabajadores y profesores que ganan 350 pesos a la quincena.
Otras de las exigencias fueron el mantenimiento urgente a la infraestructura general de la escuela; que termine de construirse, se equipe y subsidie el comedor escolar, y que se concluya “la llamada torre de investigación, obra que lleva más de 10 años abandonada, y que con el paso del tiempo se ha vuelto todo un monumento a la negligencia y la corrupción”.
El Sindicato Independiente de Trabajadores de la Secretaría de Cultura, por su parte, denunció que las autoridades del INAH y de la ENAH “aplican a su manera la austeridad republicana, despidiendo sistemáticamente a un alto número de profesores de asignatura, como parte de su personal eventual, pasando de 450 profesores activos al inicio de este sexenio a cerca de 350 en la actualidad”.
Solicitó al presidente Andrés Manuel López Obrador y a otras autoridades federales la instalación de mesas de trabajo multilaterales para regularizar las plazas del personal que realiza tareas sustantivas y permanentes para el INAH, y que es contratado de manera eventual.