Integrantes de la comunidad otomí que mantienen tomadas las instalaciones del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) lamentaron que Adelfo Regino Montes, titular de dicha institución, y Martí Batres, secretario de Gobierno de la Ciudad de México, no hayan respondido ayer a su invitación para instalar una mesa de diálogo que destrabe el conflicto.
A las afueras del INPI, al cual rebautizaron como Casa de los pueblos y comunidades indígenas Samir Flores Soberanes, Filiberto Margarito Juan, integrante de la comunidad otomí en la Ciudad de México y del Congreso Nacional Indígena (CNI), dijo en conferencia de prensa que estaban conscientes de que las autoridades no acudirían a la plática.
“Aun sabiendo que ustedes no se presentarían a las mesas de diálogo, decidimos en asamblea otorgarles el beneficio de la duda. No quisimos pensar mal de manera anticipada y darles un margen de confianza”.
Consideró que la ausencia de Regino Montes y de Batres, a quienes asignaron asientos con identificador y un micrófono, demuestra su “desprecio” y la “indiferencia gubernamental”, así como su “nula voluntad de diálogo”.
Añadió que “su racismo es sólo un botón de muestra de la enorme brecha que separa el discurso gubernamental de las acciones”.
Exigieron el “desistimiento” de la denuncia interpuesta por el titular del INPI ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México por la toma de edificio el 12 de octubre de 2020.
Por su parte, en un boletín de prensa conjunto, el INPI y el gobierno capitalino aseguraron que “las demandas de las personas otomíes que actualmente ocupan las instalaciones del INPI se están atendiendo, de manera especial el decreto expropiatorio del predio de Zacatecas número 74, publicado el pasado 17 de junio de 2021 en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México número 620 Bis”.
Asimismo, reiteraron su “llamado a la desocupación del inmueble sede del INPI, como una acción de corresponsabilidad y compromiso con el diálogo, a fin de estar en condiciones de garantizar la atención a los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas de nuestro país, así como la integridad del acervo de arte indígena que en él se encuentra”.
Precisaron tener la “convicción de que el diálogo es el camino para solucionar las controversias, por lo que recibimos su disposición a retomar este camino. En ese contexto, de manera bilateral y por consenso, podremos ponernos de acuerdo en el lugar, la fecha y la hora para llevarlo a cabo”.