Aquel sábado 6 de febrero de 1988, un triste suceso determinaría el futuro del Tianguis del Chopo. El ambiente festivo logrado cada sábado sobre la calle de Oyamel, en la colonia Santa María Insurgentes, desapareció para dar paso a una riña casi programada entre la banda del cercano barrio del Nopal y algunos asistentes al ya constituido Tianguis Cultural del Chopo. Lo que parecía un pleito entre chavos, derivó en trágica gresca y como consecuencia, dejar esa calle. A partir de ese día, los asociados al tianguis temieron volver a la vida errante que habían padecido casi un lustro. Se movilizaron y sus representantes acudieron a la entonces delegación Cuauhtémoc a tramitar nuevos permisos para instalarse en otro lugar. Las negociaciones dieron frutos y después del lamentable episodio de Oyamel, los comerciantes encontraron nuevos lares en la colonia Buenavista. Primero, en la calle de Saturno, pero el miércoles 24 de febrero de 1988 la delegación envió un documento, en cuya parte central declaraba: “A las autoridades de la Secretaría General de Protección y Vialidad: por este conducto me permito informar a usted que se autoriza al Tianguis Cultural del Chopo la reubicación del mismo en la calle de Aldama, entre Luna y Sol, colonia Guerrero. Agradeciendo de antemano las facilidades que se le otorguen a dicho Tianguis...” Firmó el jefe de la unidad de Tianguis y Concentraciones. Han transcurrido mil 836 semanas desde que los integrantes llegaron al sitio buscado, en el momento preciso, y hasta la fecha, el Tianguis del Chopo es un término ubicuo entre diferentes generaciones de roqueros; la numeralia de las diversas actividades es extensa: tocadas en vivo, presentaciones de libros, discos, performances; exposiciones fotográficas, de artes plásticas; visitas de personajes de diversos ámbitos de la cultura, y sobre todo, ha sido refugio lúdico para jóvenes de varias generaciones.
Un recuerdo para Maru Enríquez
El pasado día de la Candelaria, Glass Darkly publicó en el perfil de Maru Enríquez: “Queridos amigos. Les informamos que el día de hoy a la 1:00 am, Maru pudo finalmente descansar. A todos ustedes, que estuvieron tan cerca de este proceso, nuestra más profunda gratitud. Raúl, Charly y Cecilia.” Después, Emilia Almazán despidió a Maru con este texto: “Mi queridísima Maru, amiga del alma y de toda la vida, te voy a extrañar muchísimo, pero estarás siempre en mi corazón.” Qué triste, apenas unos días antes habíamos leído el anuncio de la nueva serie radiofónica ¡Ah, qué la canción!, conducida por Maru, quien, como cantante, deja una historia basada en su andar de más de cuatro décadas. La Nopalera fue el inicio de una trayectoria en diversos géneros musicales: trova, canto nuevo, balada, blues, rock, ritmos que hicieron de Maru Enríquez una cantante, una intérprete en el más amplio sentido del término.
Y este rincón se queda con la voz y la sonrisa de Maru, presentes en estas ligas: https://youtu.be/Ed71zJfteNc Salida de emergencia, Soul Kitchen; https://youtu.be/uiSSMqE5AnY Te he de querer, con Jaime López.