Bruselas. El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, expresó ayer su preocupación porque Moscú siga movilizando tropas en torno a Ucrania y tenga su mayor despliegue de soldados y equipamiento militar en Bielorrusia de los recientes 30 años.
“En los últimos días hemos visto un movimiento significativo de fuerzas militares rusas a Bielorrusia. Es el mayor despliegue ruso allí desde la guerra fría”, explicó Stoltenberg a la prensa en la sede de la OTAN.
Es probable que el número de efectivos rusos en Bielorrusia llegue a los 30 mil, señaló, con respaldo de fuerzas especiales, cazas de gama alta, misiles balísticos de corto alcance Iskander y sistemas de defensa de misiles tierra-aire S-400.
El ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu, llegó ayer a Minsk para revisar los preparativos de las maniobras militares de Rusia y Bielorrusia previstas entre el 10 y el 20 de ese mes. Las autoridades rusas acusaron al gobierno de Estados Unidos de aumentar las tensiones en relación a Ucrania mediante el despliegue de tropas en la región. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, afirmó que la preocupación del gobierno ruso “está totalmente justificada”, así como las medidas que pueda tomar.
En este contexto, continuaron las pláticas diplomáticas. El presidente francés, Emmanuel Macron, discutió de manera independiente con sus pares de Rusia y Ucrania, Vladimir Putin y Volodomir Zelenski, sobre la tensión en torno a Ucrania.
El Kremlin dijo que Putin y Macron mantuvieron un “diálogo sustancial” sobre la situación en Kiev y sobre el deseo de Moscú de obtener garantías para la seguridad. Putin volvió a denunciar “las declaraciones y acciones provocadoras de las autoridades ucranias”.
Más tarde, Zelenski también habló con Macron sobre las maneras de “hacer frente a los desafíos a la seguridad y hacer avanzar el proceso de paz”, segun tuiteó el presidente ucranio, quien recibió a su par turco, Recep Tayyip Erdogan, quien ofreció acoger una cumbre entre Rusia y Ucrania en su país.
Hasta 2 millones de personas que viven en la frontera con Rusia pueden verse desplazadas si se desata un conflicto bélico, advirtió el Consejo Noruego para Refugiados.