Buenos Aires. Al menos 22 personas murieron y más de 80 se encontraban internadas en Argentina tras consumir cocaína adulterada, informó ayer el gobierno de la provincia de Buenos Aires, donde se vendió la droga.
“Actualmente hay 84 personas internadas, de las cuales 20 están con asistencia respiratoria mecánica”, comunicó el gobierno provincial.
Marcelo Lapargo, el fiscal general de San Martín, a cargo de la investigación, expuso al canal C5N que se espera el resultado de los estudios toxicológicos para conocer el contenido de la droga.
Especialistas sospechan que el estupefaciente podría contener fentanilo, que actúa uniéndose a los receptores opioides que se encuentran en áreas del cerebro que controlan el dolor y las emociones y puede provocar aletargamiento, náuseas, confusión, estreñimiento, sedación, problemas para respirar, pérdida del conocimiento y hasta la muerte, señaló Página/12.
El cabecilla y otros dos miembros de la banda de traficantes que distribuyó la cocaína fueron detenidos ayer y la policía pidió a los poseedores de cocaína recién comprada que la desechen.
El ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, rechazó que “una guerra de narcos” sea la causa de la adulteración. La atribuyó, en cambio, a impericia en el manejo de los químicos. “Nadie complota contra su propio negocio”.
El alcaloide fue distribuido desde la noche del martes en el asentamiento Villa Puerta 8 del municipio Tres de Febrero, a 40 kilómetros de la capital.
El ministro provincial de Salud, Nicolás Kreplak, informó que se desmantelaron los puestos de venta del estupefaciente y “se confiscaron 20 mil dosis”, mientras la policía comunicó que en los allanamientos realizados se incautaron, además, pistolas, municiones, dinero en efectivo y teléfonos celulares.
Analistas no descartaron que la distribución de la cocaína adulterada pudiera tratarse de una operación de limpieza social, o un ataque encubierto al gobierno de la provincia, cuyo titular es el peronista Axel Kicillof.
“Nosotros queremos justicia”, dijo a Reuters una habitante del barrio precario Puerta 8, que no quiso dar su nombre. La mujer perdió a un familiar y tiene a otro internado.
Beatriz Mercau, como otros familiares de los hospitalizados, esperaba sentada en un banco de un hospital novedades de los médicos. Relató a Reuters que su hijo Ariel entró al nosocomio con un paro cardiaco tras utilizar cocaína.
“Me dijeron ayer que su situación era grave, que había que esperar la reacción de su organismo porque él llegó al hospital con un paro cardiaco, sin respirar y quedó el cerebro sin oxígeno, o sea, entró grave”, explicó la madre a la prensa.
Algunos consumidores murieron de un paro cardiaco fulminante y varios en sus propias viviendas y están el servicio forense, donde se indaga la causa de muerte.