Pekín. La llama olímpica se paseó por la Gran Muralla china, símbolo por excelencia del país asiático, un día antes de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno Pekín 2022, marcados por la amenaza de la pandemia y tensiones políticas.
GALERÍA: Arrancan los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022.
En su corto recorrido por China, la flama llegó ayer de la mano del actor Jackie Chan a la Gran Muralla, después de que más de mil personas se relevaron para llevar la antorcha a través de las sedes olímpicas en Pekín y en la ciudad de Zhangjiakou, antes de la ceremonia de apertura que se desarrolla este viernes en el estadio olímpi-co, el célebre Nido del Pájaro.
GALERÍA: Protestas por la realización de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022.
Para denunciar los ataques a los derechos fundamentales, varios países, entre ellos Estados Unidos, no envían personalidades políticas a los Juegos, pero sus deportistas participarán en las competiciones.
Respaldo ruso
En respuesta a este boicot, el régimen comunista publicó una lista de 20 dirigentes mundiales que estarán presentes en los Juegos, con Vladimir Putin en primera línea, tras ser centro de atención mundial por los temores de invasión rusa a Ucrania.
El Kremlin reivindicó el apoyo de China en cuanto a sus exigencias a Occidente, antes de un encuentro entre Putin y su homólogo chino Xi Jinping, previo a la inauguración de la justa invernal.
A finales de enero, el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, había aportado su apoyo a las “preocupaciones razonables” de Moscú respecto a Ucrania. En este contexto tenso, el gobierno ucranio pidió a sus deportistas que no fraternicen con los rusos en los Juegos.
Pekín 2022 recibe a 92 delegaciones y a 2 mil 892 participantes. Por la pandemia, están confinados en una burbuja sanitaria y son sometidos a pruebas anticovid diarias, con casi 300 casos positivos hasta ahora.
Al mismo tiempo, el Comité Olímpico Internacional celebró su congreso 139 en Pekín, y su presidente, Thomas Bach, intentó acabar con las controversias respecto al encuentro, alabando su “herencia” y “defendiendo su neutralidad política”.
Según el dirigente alemán, el país organizador “ya ha escrito la historia, superando el objetivo de familiarizar a 300 millones de sus ciudadanos con la práctica de las especialidades de nieve y de hielo”, lo que “cambiará para siempre la importancia de los deportes de invierno”.
Estos Juegos “cuentan con un fuerte apoyo de la comunidad internacional”, afirmó Bach, al recordar la adopción por unanimidad de una resolución en la Asamblea General de Naciones Unidas decretando la tregua olímpica.
Mientras esto sucedía, medio millar de tibetanos se manifestaron delante de la sede del COI en Lausana, Suiza, conducidos por un activista con esquíes y arrastrando una bandera de China, como protesta contra la organización en Pekín de la justa invernal.
Procedentes de distintos lugares de Europa, los manifestantes recorrieron los tres kilómetros que separan la sede del COI del Museo Olímpico. Varios lucían banderas tibetanas y máscaras con sus colores, llevando pancartas en favor de un boicot de los Juegos y reclamando que se paren “las violaciones de los derechos humanos en el Tíbet”.
En Bruselas, la Unión Europea reclamó que no se utilice el certamen para hacer propaganda política. “Grandes encuentros como los Juegos Olímpicos tienen una audiencia universal y pueden ser instrumentos para expandir valores positivos y promocionar la libertad y los Derechos Humanos”, aseguró la portavoz de Exteriores de la UE, Nabila Massrali, en rueda de prensa.
Naciones como Lituania, Alemania, Dinamarca o Países Bajos se han unido al boicot liderado por Estados Unidos y secundado por Reino Unido, Canadá o Australia. Por su lado, España no se sumó a la iniciativa y envió al ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, en la misma línea que Francia e Italia, los países que acogerán los próximos Juegos Olímpicos en 2024 y 2026.
En la UE hubo un intento inicial de llegar a una posición común entre los Veintisiete, en diciembre, con Francia a la cabeza, pero el esfuerzo no llegó a buen puerto.
En Washington, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que su país tiene el deber moral de condenar los abusos a los derechos en China, pero llamó a los atletas estadunidenses a limitarse a “competir y no hablar”, para no arriesgarse a enfadar al “despiadado” gobierno chino, y reiteró que el COI “hace la vista gorda” ante las violaciones cometidas en China.
Grupos de defensa de derechos han criticado durante mucho tiempo al COI por conceder los Juegos a Pekín, citando el trato que da a los uigures y a otros grupos minoritarios musulmanes, mediante prácticas que Estados Unidos ha considerado genocidio.
Accidente en el snowboard
En torno a las competencias, que han iniciado con pruebas de curling y los torneos de hockey sobre hielo, se produjo un grave accidente, el de la japonesa Rina Yoshika, especialista en snowboard, quien se perderá los juegos tras dañarse la columna en una dura caída durante un entrenamiento en la capital china, por la que fue evacuada en ambulancia.
Yoshika cayó al aterrizar en un salto sobre la pista de slopestyle del Genting Snow Park de Zhangjiakou. La estadunidense Jamie Anderson, doble campeona olímpica de la especialidad, confesó que había sentido miedo durante su práctica, dado que la superficie era extremadamente dura.
El noruego Simen Krüger, campeón olímpico en 2018 de esquiatlón, no podrá participar el domingo en su prueba, tras haber dado positivo por covid-19, anunció la federación del país escandinavo, del que el atleta no pudo salir.
El equipo alemán reportó seis casos de contagio confirmados a su llegada a Pekín. En un comunicado, la Confederación Alemana de Deportes Olímpicos señaló que los resultados se conocieron tras las pruebas PCR realizadas el jueves por las autoridades en el aeropuerto de Pekín.