En entrega pasada (https://bit.ly/3roT0AI), Rafael Acosta, pionero del rock & roll en México, integrante fundador de Los Locos del Ritmo, autor de Tus ojos, la primera canción original del género en español, al lado de otros cinco temas propios del grupo (no sólo grabaron covers en Rock!, 1958, primer disco de tal perfil grabado en nuestro país), comenzó a revelar a quien escribe, detalles significativos sobre su incidencia en la banda de marras, no sólo para que tuviera un sonido distintivo, sino para que trascendiera e influyera en sus contemporáneos (Enrique Guzmán ha dicho que se inspiró en ellos para formar los Teen Tops), a propósito de la edición de la primera parte de su libro autobiográfico El Rebelde: nace el rock & roll en español, de producción autónoma, ayer presentado por el cantante Rubén Albarrán, el periodista David Cortés y su servidora. Hoy, la segunda parte de esta conversación.
¿Cómo es que de ser un grupo para tocar en las fiestas, Los Locos... fueron firmados por Orfeón y luego un hit en la radio? El baterista original del grupo y crucial impulsor de su memoria, relata que, en su afán de oír discos de rock & roll donde fuera, consiguió un espacio en la emisora 6.20, los domingos antes de la Hora Nacional; ahí tocaban en vivo, lo que ayudó a darles impulso. El contrato llegó vía el mítico cantante del conjunto, Toño de la Villa (fallecido en 1962), a través de su padre, que era periodista. Aunque el disco debut tardó nueve meses en ser publicado, y sólo una noche en ser grabado, su sonido es tremendamente fresco, encendido, contagioso. Aun lo rústico de su ejecución, su espíritu sigue brillando con todo y el paso de las décadas. En cuanto a su éxito, cuenta don Rafael que cuando el álbum se editó, ya habían salido al aire sencillos de los Rebeldes del Rock, grabados posteriormente: la respuesta del público a éstos fue tan buena, que el sello sacó del abandono al disco de Los Locos...; “gracias” a la inexperiencia y poco cuidado de los ejecutivos, se mandó a las estaciones no sólo uno o dos sencillos (lo usual), sino el LP completo, lo cual hizo que cada una transmitiera los que quisiera, y al menos siete de 12 temas fueron éxitos inmediatos.
Otro mito común es que “las compañías imponían qué tocar”. En el caso de Los Locos..., no sólo compusieron temas propios, como ya se dijo, sino que ellos eligieron las canciones a versionar (razones explicadas en la primera parte), siguiendo sus afilados gustos, forjados con los discos inconseguibles que Acosta les hacía oír, como también ya se relató. Punto a destacar fue su decisión de cantar en español, sin que nadie se los dictara, amén de que, como otros contemporáneos, lejos de hacer meras traducciones, se apropiaron de los temas para cantarlos con idiosincrasia mexicana, volviéndolos únicos. Recuerda: “En las fiestas sí cantábamos en inglés puros covers. Pero cuando Orfeón nos firmó, vimos que no íbamos a poder competir con Elvis Presley o Little Richard: tuvimos claro que debíamos cantar en español; no lo pensamos tanto, era algo que estaba en el ambiente: la estadunidense Gloria Ríos, aunque no hacía en realidad rock & roll, ya había versionado a Bill Haley (El Relojito, 1956) y Los Llopis, cubanos, a Presley (Estremécete, 1959). Pero también era ya una necesidad cantar en nuestro idioma sobre lo que vivíamos; no sólo tocar covers sino hacer nuestras propias canciones. Fue algo muy natural”.
Con toda la música que oía, a diferencia de muchos adolescentes capitalinos, Rafael tenía claro cómo debía sonar el rock & roll: “Le insistí mucho al guitarrista Jesús González, que debíamos sonar como los gabachos y no como los grupos chafas que estaban saliendo en México, a quienes llamé ‘rockin’ boys’, esto es: tocar en los solos, rasgueos simples... tran tran, tran tran: nada qué ver con los solos elaborados, complejos, de Scotty Moore, guitarrista de Gene Vincent; Franny Breecher, de Bill Haley, o James Burton, que acompañaba a Ricky Nelson, Elvis Presley, Jerry Lee Lewis, Johnny Cash, entre otros. Por fortuna logré transmitir tal inquietud a Chucho y es un hecho que nuestras canciones suenan diferentes al resto. No queríamos sonar fresas, sino más salvajes, gritos desaforados incluidos, los cuales yo empecé a hacer”. –Usted no tenía estudios musicales, ¿a qué atribuye que tuviera claro que eso era de más calidad? “En ese momento no; ya luego estudié. Pero fue pura intuición; sólo hacía lo que me salía del corazón”. –No quería ser fresa, pero compuso la balada amorosa más memorable de su generación... Acosta: “Tus ojos es una mezcla muy rara entre mi composición y la interpretación de Toño... El ciclo armónico es similar a las baladas de la época, muy rhythm & blues, pero la melodía tiene una secuencia como de bolero, lo que rompía con las estadunidenses. En la Sociedad de Autores y Compositores (SACM; donde es considerada “Joya Musical”) fue la primera canción registrada como ‘balada rock’ en México”.
El libro El Rebelde ... se consigue con el maestro, acá: rafaelacostalibro@gmail.com. Y como sigue en activo sobre escenario, nos invita a verlo cantar sus éxitos el 19 de febrero en Foro Hilvana (México-Tenochtitlan 17, Buenavista), 20 horas, $200.
Twitter: patipenaloza