Londres. Cuando la princesa Isabel fue proclamada reina, el 6 de febrero de 1952, el imperio británico se extendía por el mundo, la realeza era venerada y los televisores eran todavía una novedad.
El mundo ha experimentado cambios profundos desde entonces y lo mismo ha ocurrido con la monarquía. El imperio de Isabel II se encogió y se derrumbó después. Aunque la mayoría de la gente en Gran Bretaña se mantiene leal a la reina y respeta sus años de servicio para la nación, las actitudes sobre la monarquía han pasado de una deferencia incuestionable a un mayor escrutinio. En los años 80, la princesa Diana le dio poder estelar mundial a la casa de Windsor, pero también inició una era en la que la familia real se vio obligada a negociar una difícil relación con los medios de comunicación.
A lo largo de su reinado de 70 años, la reina ha supervisado, a veces a regañadientes, la modernización de la familia conocida como La Firma y su adaptación para las expectativas en evolución.
A días de que Gran Bretaña celebre el Jubileo de Platino de la monarca de 95 años, presentamos un vistazo a los momentos claves de cambio en su reinado.
1953, coronación y era de la televisión
El 2 de junio de 1953, la coronación de Isabel en la Abadía de West-minster fue la primera vez en la que mucha gente vio un acto en vivo por televisión. Millones de personas en el mundo vieron la ceremonia en su televisor, superando por primera vez a la audiencia en radio.
La transmisión de la coronación fue un punto de cambio para la televisión –así como para la monarquía– que hizo que los Windsor parecieran mucho más reales al llevarlos a las salas de la gente.
En 1957, la reina dio su primer discurso de Navidad transmitido por televisión. Afirmó que esperaba que el nuevo medio hiciera que su mensaje fuera “más personal y directo”.
En ese entonces señaló: “Es inevitable que parezca una figura más bien remota para muchos de ustedes..., pero ahora, al menos por unos minutos, les doy la bienvenida a la paz de mi propio hogar”.
1957, las colonias se separan
En 1957, Ghana fue la primera colonia británica en África en independizarse. Tres años más tarde, el entonces primer ministro británico Harold Macmillan dio su famoso discurso sobre “los vientos del cambio” en Sudáfrica, en el que dirigiéndose a los legisladores de ese país, destacó que “nos guste o no, este crecimiento de una conciencia nacional es un hecho político”.
Para 1970 la mayoría de las colonias africanas y caribeñas de Gran Bretaña se habían independizado. En 1997, la entrega de Hong Kong del gobierno británico al chino marcó el capítulo final del Imperio Británico.
Gran Bretaña todavía tiene algunos territorios en el extranjero, el mayor son las Islas Malvinas, conocidas en inglés como Falkland Islands. La reina sigue siendo jefa de Estado de 15 países de la Mancomunidad de Naciones, incluyendo Australia, Nueva Zelanda y Canadá, aunque recién en 2021 Barbados dejó de tenerla en esa posición.
1970, primer paseo público
En otro cambio de los tiempos, la reina tuvo el primer paseo público, en el que miembros de la familia real saludan, platican y dan la mano a personas ordinarias en actos públicos, en Sydney, durante una gira en Australia y Nueva Zelanda.
La práctica se ha convertido en una de las estrategias claves de relaciones públicas de la familia real. La princesa Diana fue quizá quien encarnó mejor el poder de estos contactos, mostrando empatía y la habilidad para conectar con el pueblo al caminar entre la gente que la adoraba.
1990, princesa Diana, una era turbulenta
La boda de cuento de hadas de la princesa Diana con el príncipe Carlos en 1981 dio glamur joven y un irresistible poder estelar a la casa de Windsor, pero la manera tan pública en la que el matrimonio de la pareja se desintegró erosionó el respeto por la monarquía.
En los años 90 la popularidad de la monarquía cayó a niveles inéditos mientras los dramas de la familia real –de entrevistas reveladoras a vergonzosas conversaciones telefónicas y fotografías sin ropa– continuaron viéndose en público como telenovelas. En 1992, la reina famosamente se refirió a sus 40 años en el trono como su annus horribilis (año horrible), pues colapsaron los matrimonios de tres de sus cuatro hijos.
1997, muerte y cambio de tono para la realeza
Cuando Diana murió en un accidente de auto en París en agosto de 1997, la reina fue muy criticada por su percibida indiferencia y por estar fuera de sincronía con la nación de luto.
Muchos se molestaron porque la familia real no puso la bandera a media asta en el Palacio de Buckingham y por la decisión de la reina de permanecer recluida con su familia en el castillo de Balmoral en Escocia. Tras días de intensa presión, la reina finalmente rompió su silencio, y habló a la nación como su “reina y abuela”, y reconoció que “todos hemos tratado de lidiar con la pérdida de diferente manera”.
2011, visita de Estado a Irlanda
En mayo de 2011, la reina se volvió la primera monarca británica en poner un pie en Irlanda en 100 años. El rey Jorge V visitó el país en 1911, una década antes de la creación del Estado Libre Irlandés, precursor de la república de Irlanda.
La reina habló sobre su simpatía sincera por todos los que sufrieron por el “problemático pasado” de los dos países y el viaje fue ampliamente elogiado como un momento histórico de reconciliación.
2012, Jubileo de Diamante y Juegos Olímpicos
El Jubileo de Diamante de la reina, para celebrar sus 60 años en el trono, marcó un periodo de popularidad récord para la reina y para la familia real. El ánimo nacional de celebración y apoyo para la reina se vio impulsado por la boda del príncipe Guillermo y Kate Middleton un año antes y por la euforia general cuando Londres recibió los Juegos Olímpicos de Verano en 2012.
2020, Megxit y problemas del príncipe Andrés
En años recientes la familia real se ha visto afectada por dos desastres de relaciones públicas sin precedente: la mudanza del príncipe Enrique y su esposa Meghan a Estados Unidos, con el argumento del escrutinio intenso y actitudes racistas de los medios de comunicación británicos, y las acusaciones de abuso sexual contra el príncipe Andrés, el tercer hijo de la reina.
Enrique y Meghan, quienes renunciaron a sus deberes reales en 2020, han acusado a la familia real de racismo y la criticaron por la falta de compasión por los problemas de salud mental de Meghan. Enrique también ha criticado abiertamente y en varias ocasiones a la familia real por la forma en la que fue criado.
Mientras tanto Andrés lucha contra una demanda presentada en Estados Unidos por una mujer que dice que se vio obligada a tener sexo con él cuando ella tenía 17 años. El mes pasado le retiraron todos los títulos militares honorarios en un aparente esfuerzo por distanciarlo de la monarquía.
2021, muerte del príncipe Felipe
El 9 de abril de 2021, la reina perdió al príncipe Felipe, su esposo por 73 años a quien calificó como su “fortaleza y permanencia” a lo largo de la mayor parte de su vida. Se realizó un funeral sobrio en medio de las restricciones por el coronavirus. Sombrías imágenes de la reina sentada sola en la capilla de San Jorge fueron un duro recordatorio de que entraba a los últimos años de su reinado, con un mayor número de deberes entregados a su hijo el príncipe Carlos.