Profesores de secundaria afirmaron que, pese al rechazo de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de reconocer que en las escuelas hay alumnos y profesores infectados de covid, “la realidad se impone, y al menos 43.2 por ciento de 125 escuelas encuestadas reportan de siete a 10 contagios entre sus docentes”.
Señalaron que no sólo se enfrenta la carencia de servicios e insumos básicos como agua, jabón y gel antibacterial, sino que “hay una estrategia de ocultar los casos de los alumnos y una política de represión y hostigamiento contra cualquier maestro que se oponga a las clases presenciales”.
Educadores de varias alcaldías destacaron que “hay abiertas amenazas de castigos, cambios de horario e incluso de plantel”. En la secundaria técnica 65, la maestra Karla Mendoza señaló que el director Luis Javier Pineda Álvarez “mantiene un trato déspota con el personal docente y amenazas de que no podemos dar detalles de los enfermos, pese a la ola de contagios, entre otras irregularidades”.
Oralia Rivera, profesora de la secundaria 291, afirmó que en su plantel, en Iztapalapa, “no tenemos agua, tampoco una adecuada ventilación en los salones que, además, se encuentran en condiciones deprimentes”.
Agregó que en la secundaria 310, se reportaron 20 educadores contagiados, “yo misma me enfermé hace un mes, y quedan secuelas como cansancio, respiración agitada, pero así como estemos te debes presentar después de una semana de incapacidad”.
Roberto Soto, profesor de la secundaria 316 Francisco González Bocanegra, destacó que desde la apertura del ciclo escolar 2021-22 “iniciamos clases presenciales, pero en un formato híbrido; ante el incremento de los contagios se redujo el número de alumnos, y la única indicación de la autoridad es que las clases presenciales siguen, es decir, hay una postura de verticalidad contra el magisterio, e incluso, de represión. En mi caso, el director del turno vespertino decidió retirarme frente a grupo después de 31 años de servicio, sin dar una razón”.
Silvia Ruiz, maestra de la secundaria 99, alertó que el modelo híbrido, donde una semana se da clases a la mitad del grupo, y la siguiente al resto, “sólo está generando un rezago educativo mayor, y tratar de nivelar los aprendizajes de los alumnos se está volviendo una tarea titánica”, ante lo cual, denunció, la SEP “no permite que apliquemos técnicas de enseñanza más lúdicas y basadas en nuestra experiencia docente”.