En una decisión fácilmente equiparable al clásico sabadazo en los juzgados, pero ahora en pleno Lupe-Reyes, el pasado 15 de diciembre la siempre lerda Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) palomeó la operación de concentración accionaria entre una empresa británica y otra china (la primera entrega su parte mayoritaria a la segunda), ambas operativas en México, dedicadas a la minería y con los ojos puestos en el litio mexicano, para lo cual no tienen concesión gubernamental, ni la tendrán.
Dicha resolución subió a la tribuna de la mañanera, y ayer el presidente López Obrador ratificó (una vez más, porque parece que ciertos sectores, y la Cofece, tienen severos problemas auditivos y no les ha quedado claro de qué se trata) que “ya se decidió que el litio va a ser explotado en beneficio de los mexicanos, para los mexicanos”. Además, adelantó: “vamos a crear una empresa de México, de la nación, para el litio. El litio lo va a explotar la nación. Ya para que se entienda bien: no es ni siquiera del gobierno o del Estado, el litio es del pueblo y de la nación mexicana”.
Tales empresas, que operan bajo una misma denominación, sí cuentan con concesiones mineras, pero no para extraer litio. López Obrador lo detalló así: “cuando se entregaron no era para litio, sino para la explotación de minerales y el litio es otra cosa, es un mineral estratégico y es de la nación. No es como el oro, plata, cobre, es otra cosa, tiene que ver más con un recurso de la nación estratégico, como el petróleo. Entonces, ahí la concesión para el litio es especial” y no se entregarán a particulares (léase al puñado de barones del sector, que en el régimen neoliberal de todas, ganaron todas y otras cositas). “Lo dije desde el principio: no sólo es la industria eléctrica, es lo que establece la iniciativa sobre el litio… Lo que quieren es seguir saqueando y esto ya se terminó, y legalmente vamos a actuar”.
Dijo el mandatario: “no es nada más de que se tiene una concesión de minería; de repente se hace una operación en el extranjero y ya el litio mexicano pasa a formar parte de los inventarios de una empresa o de un gobierno extranjero. Sí amerita una investigación a quienes dieron esa autorización. Por eso mi inconformidad de todos estos supuestos organismos autónomos (como la Cofece), porque fue un andamiaje creado para nulificar al gobierno, para que, si llegara un gobierno nuevo del pueblo, no pudiese tomar decisiones, porque el neoliberalismo significó eso: atar a los gobernantes y tener de gobernantes a gerentes, a empleados de las corporaciones, no a representantes del pueblo. Y este es un ejemplo. ¿Cómo en sigilo llevan a cabo esta operación y comprometen el litio nuestro?”
Pues bien, el pasado 15 de diciembre, ya en ejercicio el Lupe-Reyes, la Cofece (que entre otros, “tiene a su cargo la prevención de concentraciones”, según su propia definición) resolvió lo siguiente, con la empresa Bacanora Lithium en el centro de todo esto: “la adquisición por parte de Ganfeng International de 28.88 por ciento del capital social de Bacanora Lithium; 22.5 por ciento del capital social de Sonora Lithium, propiedad de Bacanora Lithium; la suscripción de73 millones 955 mil 80 nuevas acciones de SLL, para aumentar su participación a 50 por ciento en dicha sociedad; la adquisición de 71.12 por ciento del capital social de Bacanora Lithium, mediante una oferta pública (…) de conformidad con la legislación de Inglaterra y Gales. Ganfeng International permitirá distribuir las acciones en circulación de Zinnwald Lithium, actualmente propiedad de Bacanora Lithium, a sus accionistas actuales. Ganfeng International adquirirá de manera indirecta participación en el capital social de Bacanora Chemco, Minera Sonora Borax, Mexilit, Minera Megalit, Operadora de Litio Bacanora y Minerales Industriales Tubutama, propiedad de Bacanora Lithium” (todas sin autorización legal para extraer… litio).
Con lo fácil que hubiera sido que la Cofece informara que Ganfeng se quedó con todo y que los británicos se embolsaron alrededor de 400 millones de dólares gracias a una concesión (menos para litio) otorgada por el régimen neoliberal, de la que los mexicanos no recibieron ni las gracias.
Las rebanadas del pastel
La trasnacional española Santander “evalúa” comprar Banamex, pero si se consideran a quienes de una u otra suerte ya se anotaron, entonces el resultado es obvio: concentración dentro del por sí concentrado mercado bancario que opera en el país.