“Las canciones son algunas de mis mejores amigas”, dijo alguna vez la cantante Maru Enríquez, quien falleció la madrugada de ayer. Maru, también locutora y productora escénica y radial, dejó huella en la historia de la música junto al grupo La Nopalera, pues reivindicó el rock en español y marcó cambios generacionales en la década de los 70.
Destacó por su sensibilidad, su don de gentes y en los últimos años por ser una guerrera de la vida. Batalló con la enfermedad. Padeció dos infartos cerebrales, de los que tuvo que rehabilitarse y luego luchar por seguir haciendo lo que amaba: cantar y ser conductora de los programas La charla sin fin y ¡Ah, que la canción! También trabajó para el extinto Conaculta como productora, musicalizadora y conductora de las cápsulas México, Cultura de Culturas.
“Mi voz y mi memoria están bien; lo mismo pasa con mi manera de interpretar. Tal vez hasta lo hago mejor… Dormir es básico para cantar, es la medicina para todo”, dijo una vez a este diario.
En 2014, cuando se reincorporaba de esos males, su proyecto era rehabilitarse. “El centro de mi vida es seguir trabajando en la radio y cantando. Después... después, hacer un disco. Hay que valorarlo, porque el negocio de los discos ha cambiado. Hay que considerar las redes sociales, la Internet; me he adaptado poco a poco, estos medios son una gran herramienta de trabajo”, decía.
“En la radio, al principio, me decía que estaba hablando con las paredes, pero al paso de los años me he dado cuenta de que es un medio que funciona a distancias insólitas, inimaginables. Lo importante es que lo que uno dice llegue a otras personas.”
Se inició cantando en las peñas, donde encontró en el camino a varios músicos con los que ha podido colaborar.
Además de sus trabajos de solista hizo grandes colaboraciones con Jaime López. En los últimos años se había presentado con la banda Salida de Emergencia.
Hizo su carrera al lado de importantes músicos y compositores que se daban cita en La Peña del Nahual. En 1975 fundó el grupo La Nopalera, con el que grabó tres discos de larga duración. También colaboró con la intérprete Tania Libertad haciendo coros para un espectáculo.
Maru provino de la tradición de los artistas y compositores comprometidos en la denuncia social. Bajo esa idea surgió La Nopalera, grupo que reivindicó las canciones en español con el propósito de tener la versión mexicana de la música popular y contemporánea y así –declaró– responder a las necesidades y los deseos de cambio de su generación, plena de talento con músicos como Roberto González, Jaime López, Marcial Alejandro, Arturo Cipriano o Javier Izquierdo.
Se presentó en importantes foros capitalinos, como el Auditorio Nacional y El Café de Nadie, donde montó el espectáculo Villaurrutiana, un cantautor profano, al lado del actor Sergio Zurita. Su discografía como solista incluye El querer, ¡Ah, que la canción!, Y mi voz que madura y Gran quinqué.