Ciudad de México. Con un “diseño perfecto para un despojo del sistema eléctrico nacional y la desaparición de la CFE”, además hay un atraco con el esquema vigente, ya que mientras todo el mercado eléctrico del país vale 315 mil millones de dólares y la CFE tiene un valor de 370 mil millones de dólares, los privados buscan apropiarse del sistema que es 34 veces el valor de su inversión, que aseguran fue de 44 mil millones de dólares, aunque ya recuperaron la mitad, advirtió Manuel Bartlett, director de la empresa estatal.
El objetivo de la CFE es social, es una entidad de servicio público y no es un monopolio, puntualizó durante el foro Debate sobre la Reforma Eléctrica y sus implicaciones en el medio rural como parte del Ciclo autosuficiencia alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Aseguró que de mantenerse la reforma que hizo Enrique Peña Nieto, la CFE desaparece y permanecen los intereses de cuatro o cinco empresas dominantes que se apoderan del mercado. “Lo que ocurriría para los mexicanos, para el campo incluido, es que estaríamos en manos de esas empresas que se han apoderado de las regiones de mayor rentabilidad, las menos interesantes para ellos no las ocupan”.
Sostuvo que además esas grandes empresas, Iberdrola entre ellas, “están controladas por los grandes fondos supranacionales y de consumarse ese sistema México quedaría en manos de ellos”. Señaló que si el sistema eléctrico queda en manos de esos grandes intereses, “quizá los grandes productores agrícolas tendrían beneficio, pero es un peligro para los campesinos mexicanos”.
Precisó que el objetivo de la reforma constitucional del presidente Andrés Manuel López Obrador es que el Estado tome control del sistema eléctrico y se ejerza a través de la CFE, “a los intereses extranjeros se les invita a participar. Se les permitirá una participación de 46 por ciento, contra el 54 permanente del Estado, pero bajo el control de intereses nacionales”.
Sostuvo que no hay expropiación, se invita al sector privado a participar “pero con el control del Estado mexicano”, para el cual la electricidad se convierte en un sistema de interés público, es un cambio de gran importancia.
Actualmente la reforma está en parlamento abierto, el sector privado ha estado representado por expertos, la CFE también, “contrario a la reforma de Enrique Peña Nieto que se manejó en sigilo y con velocidad”. Fue una reforma constitucional sin convocatoria, estudios, debates, y presumieron que había sido una aprobación histórica, “por eso ahora se busca un debate nacional”.
Se debe dar la destrucción del sistema impuesto que fue un atraco a la Nación, y que se presenta como formidable y que va a bajar las tarifas, lo cual es falso. Precisó que el autoabastecimiento no hace servicio público y con la reforma del sexenio pasado empezaron a crecer los generadores independientes, la CFE comenzó a ser desplazada.
Indicó que hay 110 sociedades de autoabasto con privilegios de despacho y sin competencia, son monopolios privados que concentran a los grandes grandes consumidores como la industria, cadenas comerciales, son las que más consumen en un sistema eléctrico, pero el mayor número de usuarios son pequeños.
“El generador independiente y la sociedad de autoconsumo tiene el 42 por ciento de la energía del país, no porque sean eficientes, sino porque se constituyen en organismos ilegales, esto demuestra la barbaridad del sistema, establecido para la desaparición de la CFE y que las empresas extranjeras se apoderen del sistema eléctrico”, añadió.