Moscú. El titular del Kremlin, Vladimir Putin, defendió este martes el carácter indivisible de la seguridad y reiteró que no se puede fortalecer la seguridad de uno a costa de la de otro. Lamentó también que Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sólo quieran ver otro principio de la seguridad colectiva, el que permite que cada país decida por sí mismo cómo robustecer su seguridad.
“Dijeron una cosa e hicieron otra. Como se dice en lenguaje popular, nos vieron la cara. Simplemente, nos engañaron”, lanzó Putin al insistir, una vez más, en que Estados Unidos prometió “no avanzar ni un centímetro hacia el este” y ahora está cada vez más cerca de sus fronteras.
Sin adelantar nada sobre las medidas que tomará Moscú para contrarrestar que Washington y Bruselas rechazaron cumplir las tres condiciones que puso, Putin aprovechó la visita de su amigo Viktor Orban, el ultraderechista primer ministro de Hungría, país miembro de la OTAN, para volver a decir que está estudiando detenidamente la respuesta por escrito de ambos.
“Pero ya es claro que no tomaron en cuenta nuestras preocupaciones esenciales en materia de seguridad”, dijo el mandatario ruso y enumeró de nuevo sus exigencias: Estados Unidos y la OTAN deben ofrecer garantías vinculantes de que pondrán fin a su expansión hacia el este y, en especial, no admitirán nuevos miembros, sobre todo Ucrania, Georgia y otros países del espacio postsoviético.
Asimismo, deben asumir el compromiso de no instalar armamento ofensivo cerca de la frontera rusa y desmantelar la infraestructura militar de la alianza noratlántica, devolviéndola a cómo estaba en 1997, antes de que se adhirieran los países de Europa central y del Este.
Para Putin, el eventual ingreso de Ucrania en la OTAN podría desencadenar una guerra entre Rusia y la alianza noratlántica por el control de Crimea.
“Imaginemos que Ucrania, como miembro de la OTAN, repleta de armamento ofensivo como Polonia o Rumania, inicia esa operación militar (en una península que el Kremlin considera territorio ruso desde 2014). ¿Qué quieren que hagamos? ¿Combatimos con la OTAN? ¿Alguien lo ha pensado? Al parecer, no”, explicó Putin y añadió:
“No es que lo digan en público, está en sus documentos. Por ejemplo, en la doctrina militar de Ucrania se plantea como uno de sus objetivos recuperar Crimea, incluso por la vía militar”. Crimea es “un asunto cerrado, una península soberana que es parte de Rusia” y que es innegociable, puntualizó Putin.
Tras culpar al gobierno ucranio de provocar la escalada militar de ambos lados de la frontera, advirtió: “Al amenazar a la Federación Rusa, Ucrania pone en peligro su integridad territorial”.
El presidente ruso arremetió contra la doctrina de “puertas abiertas” de la OTAN. “¿De dónde salió? ¿Dónde está escrito?”, se preguntó y no tardó en responderse: “En ninguna parte”.
Según su lectura, el Artículo 10 del Tratado del Atlántico Norte que dio origen al bloque militar dice que, con la aprobación de todos sus miembros, puede admitir a otros países europeos.
“Puede, pero no tiene la obligación de hacerlo. EU y la OTAN, por ejemplo podrían decirle a Ucrania que les encantaría garantizar su seguridad y aprecian su aspiración, pero no pueden satisfacerla porque tienen otros compromisos internacionales que lo impiden”, comentó Putin.
Por su parte, Orban, quien aseguró que vino en misión de paz y para cerrar nuevos contratos de suministro de gas natural ruso, señaló que “es posible alcanzar una solución que garantice la paz y la seguridad de Rusia, y que también sea aceptable para la OTAN. Confío en que, pese a las discrepancias, se logrará (dicho acuerdo)”.
Y de las discrepancias, en los espacios confidenciales de la diplomacia, hablaron hoy por teléfono el canciller ruso, Serguei Lavrov, y el secretario estadunidense de Estado, Antony Blinken.
Por ahora, conforme a un breve comunicado de la cancillería local, Rusia está estudiando las iniciativas de Estados Unidos en su respuesta por escrito, que la semana pasada el propio Lavrov calificó de “propuestas sobre asuntos secundarios”, en particular –según trascendió– negociar un nuevo Tratado de misiles de corto y mediano alcance y otras medidas para generar confianza y alejar el riesgo de un conflicto armado.