En los grandes negocios todos parecen muy decentes hasta que se demuestra lo contrario y esto sucede con Oceanografía, naviera mexicana proveedora de servicios a Pemex, bajo el control de Amado Yáñez Osuna.
Oceanografía era un gigante, pero como lo demostró la historia, tenía pies de barro.
En un crecimiento loco y desordenado, con el afán de monopolizar todo tipo de servicios para Pemex, obtenía contratos multimillonarios año con año en colusión con funcionarios de la paraestatal, aun cuando a partir de 2005 se denunciaron irregularidades. El negocio creció con grandes créditos sin sustento en eficiencia ni productividad y con gastos fastuosos de los dueños que compartían con altos funcionarios gubernamentales, con el afán de lucrar a costa de Pemex.
Pero no todo puede ir bien cuando se roban y derrochan los recursos y el problema insalvable se presentó en 2014, cuando Banamex descubrió la entrega de cuentas fraudulentas por cobrar a Pemex de parte de Oceanografía, recursos que amparaban 500 millones de dólares en créditos otorgados por el banco.
A partir de ese momento, comenzó el suplicio para los Yáñez y su camarilla y también para el grupo mexicano que controlaba Banamex y que tenía grandes posibilidades de llegar a la dirección global de Citigroup, bajo la dirección de Manuel Medina Mora con el apoyo de Roberto Hernández y Alfredo Harp.
El fraude de Oceanografía fue utilizado por Michael Corbat, en aquel entonces director general de Citigroup, para quitarle poder al grupo mexicano y que, a la larga, ayudó a que Jane Fraser llegara a la dirección del grupo y ahora se busque la separación de Banamex de Citibank.
La historia empresarial genera sorpresas y, en ocasiones, grupos de poder encontrados. El fraude de Oceanografía propinó un fuerte golpe al equipo mexicano. Amado Yáñez y sus abogados de nuevo quieren lucrar con la venta de Banamex.
Por fortuna, el gobierno conoce cómo operan los abogados de Yáñez y ya tomó cartas en el asunto. El Presidente señaló que no permitirá que un grupo abusivo frene la desincorporación de Banamex. Además, no se descarta que vividores de Oceanografía pierdan su libertad, como sucedió con el principal accionista de la empresa.