El principal riesgo que se corre tras el término del permiso de generación de la planta Dulces Nombres, de Iberdrola Monterrey, es que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no tenga la capacidad de vender la energía a los precios que la empresa privada lo hacía y ello se traduzca en mayores costos para los consumidores mexicanos, afirmaron especialistas del sector consultados por La Jornada.
Este lunes terminó un permiso que tenía la empresa española para suministrar energía a 400 empresas, motivo por el cual la CFE deberá suministrar energía a las firmas que eran abastecidas por la transnacional.
“La importancia es que este permiso está ligado a empresas que compran electricidad por debajo del precio del mercado. La pregunta que surge es si ahora la CFE podrá mantener los costos y si suben, ¿las empresas que le contrataban a Iberdrola ahora podrán mantener los costos a los que manufacturan u otorgan servicios? Si no, esos costos pasarán al usuario final”, dijo Ramses Pech, analista del sector energético.
El analista indicó que si bien por el momento no hay implicaciones y hay firmas como IEnova con la capacidad de adquirir la planta Dulces Nombres, “no sabemos si la Comisión Reguladora de Energía (CRE) dará un nuevo permiso o tendrá la voluntad de hacerlo.
“La CFE puede perder estos 400 clientes siempre y cuando Iberdrola no haya migrado la planta de generación bajo la nueva ley, sería un contrato bilateral y no de autobasto y la pregunta es si habrá voluntad de la CRE para este permiso”, comentó Pech.