Los fondos de estabilización económica en México se redujeron el año pasado, luego de haberse ocupado casi en su totalidad antes de iniciada la crisis por la pandemia. Con un crecimiento que en 2021 ya se confirmó por debajo de las expectativas de Hacienda y que para 2022 también ha visto una revisión a la baja por parte de organismos internacionales, las finanzas públicas penden de que se logre aumentar la recaudación, dado que son mínimos los llamados “colchones financieros”.
La jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Raquel Buenrostro, advirtió que la nueva ola de la pandemia ya representa “un golpe” a los ingresos públicos previstos para este año, dada las interrupciones en el comercio exterior. “Para 2022, cuando se hicieron las proyecciones de Ley de Ingresos no teníamos los problemas que estamos teniendo ahorita. Todavía no estaba el ómicron, todavía no estaban las inflaciones que estamos viendo”, declaró el martes pasado.
La diferencia está en que para cumplir con las metas de gasto con las que el gobierno federal elaboró el presupuesto de 2022, bajo un crecimiento estimado de 4.1 por ciento, ya no se cuenta con 279 mil 770 millones de pesos que había en el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) hace tres años –y que fueron gastados en su mayoría antes de la pandemia–, sino con una cantidad 96.5 por ciento menor, 9 mil 906 millones de pesos. En la más reciente conferencia de prensa para informar sobre la situación económica, las finanzas y deuda pública al cuarto trimestre de 2021, el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, reportó que “los colchones de liquidez, los fondos de estabilización se han incrementado (...) En total hemos logrado aumentarlos de 54 mil millones a 74 mil millones de pesos”, aseguró.
Detalló que el FEIP, “que tenía un saldo de 10 mil millones en el 2020, cierra en 24 mil 500 millones el 2021”; el FEIEF (Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas) “también incrementa su saldo y queda situado en 26 mil 402 millones de pesos” y el del Fondo Mexicano del Petróleo (FMP) cerró en 23 mil millones de pesos.
No obstante, los informes enviados al Congreso exhiben que el FEIP pasó de 9 mil 497 millones de pesos al cierre de 2020 a 9 mil 906 millones el año pasado; un crecimiento nominal de 4.3 por ciento anulado por una inflación de 7.36 por ciento en el mismo periodo y, por tanto, una caída en términos reales.
El FEIEF pasó de 30 mil 649 millones de pesos en 2020 a 21 mil 367 millones al cierre del año pasado, lo cual refleja una caída de 30.3 por ciento sólo en términos nominales; mientras el FMP pasó de 23 mil 367 millones a 24 mil 150 millones de pesos, un crecimiento nominal de 3.4 por ciento, también anulado por la inflación.
Diseñados para usarse en el supuesto de que los ingresos públicos caigan –como ocurrió en 2019– esos tres fondos pasaron de 63 mil 514 millones de pesos al cierre de 2020 a 55 mil 425 millones el año pasado. Una caída de 12.7 por ciento que se empata con las perspectivas de que el crecimiento económico para 2022 será prácticamente la mitad del pronosticado por Hacienda y que, por tanto, la recaudación será menor a la prevista para respaldar el gasto público.