Buenos Aires. “La tragedia no es el acuerdo que hicimos con el Fondo: La tragedia es haber vuelto al Fondo. No celebro lo que firmamos. Esa no es la expresión correcta; no hay nada que celebrar, pero si el viernes no firmábamos, hoy no estaría hablando con usted sino analizando si decretábamos feriado cambiario el lunes”, dijo el presidente Alberto Fernández al periodista y analista Mario Wanfield, de Página/12.
El mandatario formuló la declaración en un diálogo informal a dos días de firmarse un acuerdo que debe pasar por el Congreso , y tanto Fernández como el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axell Kicillof, han advertido que el Fondo Monetario Internacional (FMI) tendría que hacerse cargo de lo actuado al entregar un préstamo de 57 mil millones de dólares (se depositaron 44 mil millones) a la pasada administración del derechista Mauricio Macri, en medio de la severa crisis de 2018 y a sabiendas que era evidente que no podría pagar nunca lo comprometido, cuando el país ya estaba en virtual cesación de pagos.
Waanfield hizo una reseña de esta conversación informal en la cual Fernández sostiene que el martes pasado le dijo al ministro de Economía, Martín Guzmán, que si no se cerraba el acuerdo antes del viernes no se pagaría la cuota al fondo y a la vez sostuvo que entrar en cesación de pagos era un desastre para el país en estas circunstancias.
Las presiones evidentemente eran diversas y las autoridades de la banca europea de Inversión habían advertido que se tenía un contrato de inversión preparado para firmar el viernes pasado y este sólo se firmaría si había un acuerdo con el FMI.
Entre otras frases importantes el mandatario recordó que su gobierno no había provocado la tragedia y que había sido el primer presidente que inició acciones judiciales contra los que pactaron un crédito burlando todas las reglas legales. En este caso confirmó que su actuación marca las diferencias, “para que no quede todo impune. No hago borrón y cuenta nueva” recordando que el gobierno de Mauricio Macri >(2015-2019) pidó el préstamo “y suprimieron los ministerios de Trabajo, de Salud y de Ciencia y Tecnología(…)Nosotros conservamos la inversión social en todos esos rubros”.
“No podíamos consentir cambios estructurales con tanta pobreza y pandemia”. Esa diferencia con los ccuerdos clásicos es la fortaleza argentina, la prueba de que se negoció con firmeza, remarca el presidente quien minimiza el riesgo de presiones insoportables en las revisiones trimestrales. “Sin metas estructurales no hay margen para que nos exijan cambios de políticas”, señaló.
Aseveró también que se debe considerar que los acuerdos que pueden firmarse con China y Rusia, países que visitará en los próximos días sólo se firman si se está en regla con los organismos internacionales de crédito.
El mandatario sostiene que conoce todos los riesgos a los que se enfrentarán y de hecho también discusiones y debates con sectores del Frente de Todos, donde convergen desde fuerzas del peronismo de izquierda, sectores de derecha.
Hay una diversidad de posiciones, porque a nivel popular el acuerdo y el retorno del FMI al país es muy difícil aceptar. Sin embargo, el acuerdo despeja los peligros más cercanos, con graves riesgos para la economía. Y por supuesto en el debate surgirán las posiciones encontradas, ya que hay otros temas que reclama al gobierno la militancia con respecto a decisiones que afecten la soberanía, o las relaciones con países de América Latina, que son claves para mantener el proyecto peronista de la integración emancipatoria de los pueblos que se expresa en la Comunidad de Naciones Latinoamericanas y caribeñas (Celac) y en el ajustado respeto a la autodeterminación de los gobiernos y pueblos de América Latina, entre otras demandas.
"El Fondo tiene que hacer una crítica mucho más profunda, no solamente a lo que ocurrió específicamente en Argentina, sino a lo que ha sido su política permanente en las últimas décadas”, dijo Fernández a Rusia Today y aludió a que ese organismo “ha llevado planes a países que terminaron conmoviendo y conmocionando a sociedades enteras".
Malvinas
La cancillería argentina emitió un comunicado en rechazo “con los términos más contundentes" el nuevo despliegue de armamento militar británico en las Islas Malvinas, donde recientemente se conoció la instalación del sistema anti aéreo Sky Sabre en el lugar, un sistema de defensa aérea, basado en tierra, de nueva generación "que viene a remplazar a los misiles de tipo Rapier y que triplican su alcance” .
Considera que se trata de “una nueva e injustificada demostración de fuerza y un deliberado apartamiento de los llamamientos de las numerosas resoluciones de las Naciones Unidas y de otros organismos internacionales, que instan tanto a Argentina como al Reino Unido a reanudar las negociaciones, a fin de encontrar una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía que involucra a ambos países en la Cuestión de las Islas Malvinas”.
Al ampliar su armamento militar en el Atlántico Sur, en forma persistente, Gran Bretaña contraviene específicamente la resolución 31/49 de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que insta a ambas partes a que se abstengan de adoptar decisiones unilaterales que entrañen la introducción de modificaciones en la situación mientras las Islas están atravesando por el proceso de negociación por ella recomendado.
También alude a otras resoluciones de la ONU y "exhorta a los Estados de todas las demás regiones, en especial a los Estados militarmente importantes, a que respeten escrupulosamente la región del Atlántico Sur como zona de paz y cooperación, en particular mediante la reducción y eventual eliminación de su presencia militar en dicha región", ratificando la soberanía argentina en las Malvinas.