La Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) adquirió en secreto el software de espionaje Pegasus, de fabricación Israelí, reveló una investigación del diario The New York Times.
La pesquisa, realizada a lo largo de un año por Ronen Bergman y Mark Mazzetti, también informa que la FBI compró e hizo pruebas de programa informático de NSO durante años con la intención de emplearlo para vigilancia nacional hasta que en 2021, al fin, la agencia decidió no utilizar la herramienta.
Sin embargo, la dependencia de inteligencia compró el software en 2019, cuando estaba ya claro que éste se había usado contra activistas y opositores políticos en otros países. La FBI pasó 24 meses tratando de decidir si implementaría un producto más nuevo, llamado Phantom.
Las discusiones en el Departamento de Justicia y la FBI prosiguieron hasta el verano pasado, cuando ésta por fin decidió que no usaría armas de NSO. Pero el equipo de Pegasus sigue en un edificio de Nueva Jersey que emplea el FBI y la empresa desarrolladora de programa de intrusión secreta también le ofreció a la agencia una demostración de Phantom, que podría hackear las líneas telefónicas estadunidenses.
El periódico descubrió que las ventas de Pegasus tuvieron un papel clave para lograr el apoyo de los países árabes para la campaña de Israel en contra de Irán al negociar los Acuerdos de Abraham en 2020, que se firmaron en una ceremonia en la Casa Blanca durante el gobierno del ex presidente Donald Trump.
Los convenios diplomáticos normalizaron las relaciones entre Israel y algunos de sus antiguos adversarios árabes.
El software, desarrollado por la firma israelí NSO es reconocido como el programa espía más potente del mundo, capaz de descifrar las comunicaciones encriptadas del sistema operativo IOS de Apple y teléfonos inteligentes con sistema Android. Se ha usado para rastrear a personas involucrados en el crimen organizado y el narcotráfico, pero también contra activistas de derechos humanos, periodistas y disidentes.
El NYT descubrió que Israel, que controla la exportación del programa espía del mismo modo que hace con las exportaciones de armas convencionales, ha hecho de Pegasus un elemento clave de su estrategia de seguridad nacional y lo usa para promover sus intereses en todo el mundo.