Por tratarse de un área estratégica para cada nación, el sector eléctrico debe tener mayor participación del Estado, pues de esa manera se puede evitar que privados impongan tarifas eléctricas conforme a los intereses corporativos, consideró Rubén Ramos Muñoz, académico de la FES Aragón de la UNAM.
En entrevista con La Jornada, el experto señaló que los gobiernos deben mantener el control sobre sus sistemas eléctricos, si no en su totalidad, sí en una parte mayoritaria.
Dos referentes son los sistemas eléctricos de Francia y España. En el primero, la principal compañía del sector es Électricité de France (EDF), cuyo principal accionista, con 83.6 por ciento del capital social, es el gobierno galo, mientras que en el segundo el sector está mayormente privatizado.
“Francia tiene una mayor cantidad de energía nuclear y esto permite ampliar el margen de abastecimiento de energía eléctrica a su país, a diferencia de España que no tiene infraestructura en materia nuclear para abastecer a su población y recurre a otras, por lo que está en desventaja.”
El país galo es el mayor productor de energía en Europa, al grado que vende electricidad a sus vecinos pues cuenta con 58 reactores atómicos.
“En el caso particular de la reforma eléctrica actual, las ventajas serían –en caso de aprobarse–, que el gobierno tendrá un mayor control en la unificación y estandarización de las centrales de energía para abastecer a la población.
“Permitiría cierta optimización de la explotación en el conjunto de las instalaciones de producción y de transporte, así como un control en las reservas necesarias que se requieren para controlarlas.”
Apuntó que con la propuesta de reforma eléctrica existiría una transparencia en costos y permitiría diseñar políticas de tarifas más sofisticadas.
“El Estado tiene las facultades, las facilidades y también tiene la obligación de establecer tarifas competitivas acordes a la realidad nacional para atender a la mayor población posible y de esta manera que no se vean afectados por las tarifas que el sector privado suele incrementar con base en sus intereses corporativos.”
Consideró que contar con un sistema eléctrico en el que el control mayoritario sea del Estado –siempre y cuando tenga un buen manejo– ayudará a “establecer tarifas dignas”.
Apuntó que no se crea un monopolio, pues permite la competencia económica, por lo que tanto el sector privado como el público buscarán ofrecer las mejores condiciones a los consumidores.
El experto acotó que los incrementos a las tarifas eléctricas en el caso de España se explican por la coyuntura que representa la recuperación poscovid.
Más allá de que si el sistema español está en manos de productores privados, ese país es deficitario –como otros países de Europa– en gas natural, combustible necesario para generar energía.
Europa depende del energético de Rusia, país que tiene sanciones económicas por parte de Estados Unidos y de sus aliados europeos.
Añadió que la nación ibérica tiene “una mala planeación hacia la transición de energías verdes” y se ha “desprotegido la materia energética básica como es el gas”.
En días recientes el gobierno francés anunció que las tarifas eléctricas no subirán más de 4 por ciento este año. “Al tener una gran cantidad de plantas de energía nuclear, Francia puede paliar el problema”, acotó.
México también es deficitario en gas natural, pero Petróleos Mexicanos puede sumarse a la reforma eléctrica para proveer del energético al explotar los yacimientos de combustible.