Uno de los poetas chilenos más reconocidos de América Latina, Raúl Zurita (Santiago de Chile, 1950), participó en el Hay Festival Cartagena de Indias, en un conversatorio en el que se refirió a episodios de su juventud que marcaron su vida, como cuando él mismo se hirió la mejilla izquierda con un fierro caliente o intentó cegarse al verter amoníaco en sus ojos; era un momento en el que la forma de protestar “no era escribir un poema, sino hacer de la vida misma una obra de arte”.
En charla con la poeta colombiana Piedad Bonnett, Zurita, de 72 años, expresó: “Aspiro a escribir con máxima pasión y rigor simultáneo”.
Considerado “un poeta raro, alucinado y concreto al mismo tiempo”, desde su juventud, Zurita ha desarrollado una poética que registra las atrocidades cometidas contra el pueblo chileno.
De acuerdo con su semblanza, sus inicios como poeta y activista están asociados al golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, encabezado por Augusto Pinochet. Ese día, Zurita se dirigía a la universidad y fue detenido por una patrulla militar. Durante más de 20 días estuvo preso y fue torturado en las bodegas del buque carguero Maipo, junto con 800 personas más.
En marzo del año siguiente, el poeta intentó cegarse vertiendo amoníaco en los ojos, como reacción a unas fotografías que su entonces pareja, la escritora Diamela Eltit, se había sacado mostrando heridas y quemaduras sobre su cuerpo. “Agradezco que eso no haya resultado”.
Detalles que nos salvan
Durante el conversatorio, consideró que “el espectáculo de la pandemia ha sido atroz y devastador, porque nos muestra nuestra fragilidad; sin embargo, a pesar de todo, hay pequeños detalles que nos salvan, como dos miradas que se cruzan y no se pueden tocar, una escena muy bella”.
El autor aseguró en la charla que aspira a escribir “con máxima pasión y rigor simultáneo. No creo en el ‘vómito literario’. No sé quién soy. Uno escribe y al mismo tiempo se mira escribiendo. Al escribir se sufre, y también se ve uno mismo sufriendo. Entonces, no sé si soy un poeta vitalista, como Walt Whitman”.
“En mi poesía, los paisajes son emociones. Son grandes telas en blanco que vamos llenando con la pasión de nuestras vidas. Yo creo en un paisaje en el que uno está ahí también.”
El trabajo poético de Zurita logra cada vez más reconocimiento nacional e internacional con publicaciones críticas de su obra y con premios como el Nacional de Literatura de Chile 2000, el Iberoamericano Pablo Neruda, en 2016, y el Iberoamericano de Poesía Reina Sofía 2020. Además, ha realizado recitales en numerosas universidades como Harvard, Yale, Stanford y Berkeley.