Moscú. Rusia indicó que reubicará sus maniobras navales programadas frente a la costa de Irlanda ante las preocupaciones expresadas por Dublín en medio de una tensa disputa con Occidente debido a la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y los temores de que Moscú esté preparando una invasión contra Ucrania.
Las maniobras del 3 al 8 de febrero iban a realizarse inicialmente a 240 kilómetros al suroeste de Irlanda, en aguas internacionales pero dentro de la zona económica exclusiva de ese país. Irlanda es miembro de la Unión Europea de 27 naciones pero no pertenece a la OTAN.
El ministro del Exterior de Irlanda, Simon Coveney, objetó esta semana la realización de los ejercicios y señaló que “no es momento para incrementar la actividad militar ni las tensiones en el contexto de lo que está sucediendo con y en Ucrania. El hecho de que estén decidiendo efectuarlas en las fronteras occidentales, por decirlo, de la UE, frente a las costas de Irlanda, es una situación que desde nuestro punto de vista simplemente no es bienvenida”.
La embajada de Rusia en Irlanda difundió el sábado en su página de Facebook una carta del embajador Yuriy Filatov en la que anuncia que las maniobras serán reubicadas fuera de la zona económica de Irlanda “con el fin de no obstaculizar las actividades de pesca”.
La decisión supone una rara concesión en medio de un agravamiento de las tensiones porque Rusia ha concentrado a unos 100 mil soldados cerca de la frontera con Ucrania y exige a la OTAN que se comprometa a jamás aceptar a Ucrania como miembro, poner fin al despliegue de armas de ese bloque cerca de las fronteras rusas y retirar sus fuerzas en Europa del este.
Estados Unidos y la OTAN rechazaron formalmente esta semana las exigencias de Moscú, aunque Washington esbozó las áreas donde las discusiones son posibles, lo que ofrece esperanzas de que pueda abrirse una vía para evitar la guerra.
El presidente ruso Vladimir Putin no ha hecho declaraciones públicas sobre la respuesta de Occidente. El canciller Sergey Lavrov dijo que hay poco margen para alcanzar un acuerdo, aunque señaló que Rusia no quiere una guerra.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, dijo el viernes que Putin podría aprovechar una porción de sus fuerzas para apoderarse de ciudades y “territorios importantes” de Ucrania o realizar “actos de coacción o actos políticos provocadores” como el reconocimiento de territorios separatistas dentro de Ucrania.
Dos territorios del este de Ucrania están bajo control de los rebeldes apoyados por Moscú desde 2014, después que Rusia se anexara la península de Crimea que era territorio ucraniano.
Un legislador ruso está animando a los residentes de las zonas controladas por los rebeldes en Ucrania a unirse al ejército de Rusia, una señal de que Moscú sigue intentando integrar esos territorios en la medida de lo posible.
El legislador Viktor Vodolatsky alegó el sábado que los residentes de las regiones controladas desde 2014 por los rebeldes, respaldados por Rusia, temen los ataques de las fuerzas ucranianas y que quienes tengan pasaportes rusos serían bienvenidos en el ejército.
“Si los ciudadanos rusos que residen (en los territorios) quieren unirse a las Fuerzas Armadas rusas, el comisariado militar regional de Rostov los registrará y reclutará”, aseguró Vodolatsky, vicepresidente de la comisión parlamentaria sobre relaciones con países vecinos, citado por la agencia estatal de noticias Tass.
Rusia ha otorgado pasaportes a más de 500.000 personas en los territorios. Vodolatsky dijo que los reclutas servirían en Rusia, pero eso deja abierta la opción de que puedan unirse a cualquier futura fuerza de invasión.