Guadalajara, Jal., Sin prisas pero sin pausas, extrañando sólo las tortas ahogadas que por el covid-19 no puede venir a disfrutar como antes a su natal Guadalajara, el cineasta Guillermo del Toro sigue produciendo historias que lo tienen estrenando en México El callejón de las almas perdidas –que recomienda ir a ver en blanco y negro–, el lanzamiento este año de Pinocho en Netflix y la eventual realización de un filme que tiene 10 años y se desarrollaría en la Ciudad de México.
En un enlace vía remota con la cineteca del Centro Cultural Universitario de la Universidad de Guadalajara (UdeG) la noche del jueves, donde se realizó una función de estreno de El callejón de las almas perdidas, Del Toro hizo desde su casa en California un alto contraste con la atmósfera oscura y dramática del filme cuando al final, en un tono desenfadado y coloquial, entre broma y broma con su amigo el monero Trino (quien fungió como moderador), el exitoso director habló de sus películas y sus proyectos.
El filme, que también será proyectado en blanco y negro tanto en la cineteca de la UdeG como en la Nacional de la Ciudad de México, fue escrito por Del Toro en colaboración con Kim Morgan. Es protagonizado por Bradley Cooper, Cate Blanchett y Toni Collette y, como queda claro en la trama, aunque existen los escenarios casi apocalípticos y misteriosos que encantan al tapatío, ahora parece haber sujetado la fantasía con camisa de fuerza para contar una historia realista.
“Es un neorrealismo muy cercano al cine negro, aunque éste enseña la barrera económica que no se puede cruzar más que con el crimen, y el neorrealismo tiene esa misma presión de la gente que no puede cruzar esa barrera. También estudiamos muy cuidadosamente el cine previo al código de censura hasta 1932, 1933 en América”, Agregó que se trata una cinta “de cine clásico, pero más arriesgada, diferente y mucho más liberadora”.
Herencia alemana
Aseguró que le encanta el cine negro, como Doña Lupe o Cáspita; incluso quería que su ópera prima se basara en una novela de Taibo que se llama No habrá final feliz, en lugar de Cronos. “Yo quería hacer cine negro al mismo tiempo que de terror. Y el cine negro, sobre todo (Roberto) Gavaldón, que es muy bueno en eso, me parece cercano visualmente al de terror en ciertos momentos, por la luz, que es heredada del expresionismo alemán. Pero, por otro lado, tiene un peso muy interesante a nivel moral o de parábola; es un cine que me atrajo desde muy chico”, explicó.
El cineasta aseveró que la escena de la mujer araña es una imagen que durante muchos años se le quedó grabada luego de que en alguna ocasión fue a Atotonilco el Alto, en los Altos de Jalisco, y vio uno de esos espectáculos con una mujer que decía “Ay de mí, que me quedé así por desobedecer a mis padres”, y quería insertarla algún día en una película.
“Para mí la película está muy en este rollo ripsteiniano o de Buñuel en México o de Gavaldón. No es casualidad que inmediatamente con la cineteca (de la UdeG) restauramos El Suavecito, que es cine negro mexicano”, recordó.
También dijo que la primera parte del diseño visual de El callejón... “es líquido, agua”, y una segunda es nieve, sobre el que se podría disertar mucho. “La neta es que cuando yo era chiquito y llovía en Guadalajara, me gustaba tanto que me dormía junto a la ventana de la casa, oyéndola. Tenía un radio de onda corta y en la noche ponía la BBC y me sentaba junto a la ventana con una almohada y veía la lluvia y veía las gotas caer (...) Para mí la lluvia es totalmente cinematográfica, y para mí como mexicano la nieve me parece hermosísima”.
Insistió en su recomendación de ver la película en blanco y negro. Añadió que en Estados Unidos se estrenó en ese formato sólo en cinco salas, y en los días siguientes subirá a 500. También se proyectará sin color en las cinetecas mexicanas y en Francia y España, porque “es otro rollo en blanco y negro”.
Sus proyectos en ciernes
Aseguró que el proyecto de filmar en México (como hicieron los otros dos mexicanos ganadores del Óscar, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón) todavía no tiene fecha precisa, y es un proyecto que tiene al menos 10 años a fuego lento en su cabeza.
Dijo que ya tiene un guión que le ha costado mucho trabajo, en el cual “tengo perfectamente el primer acto, el segundo medio ya claro; sé a dónde va el final, pero me cuesta trabajo. “El origen de todo es algo que escuché en una conversación y me pareció tremendo. Una vez más no sería de terror, no es policiaco, pero es un drama real en tres partes. Si lo logro resolver nos lanzamos, porque me gustaría hacerlo”.