Es urgente transitar hacia una “sociedad de cuidados” que dé prioridad a la protección de las personas y del planeta, que “revierta la desigualdad social y de género”, en sinergia con lo ambiental y que propicie una recuperación pospandemia “transformadora con igualdad y sostenibilidad”, consideró Ana Güezmes García, directora de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En la conclusión de la sexagésima segunda Reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer, Nadine Gasman, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), expuso que hay que “cambiar de tajo a las sociedades” y establecer una “distribución del trabajo (no remunerado) que permita ser más humanos y cuidadores”. Ello junto con las agendas de medio ambiente y humanitaria, lo cual “contribuirá a la paz y a la seguridad”.
María Cristina Perceval, secretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad de Argentina, dijo que “como región tenemos la maravillosa oportunidad de adoptar todas las medidas que estén a nuestro alcance para materializar una verdadera sociedad de cuidados, en la que se cuida a las personas y a quienes cuidan, y que considere también el autocuidado y el cuidado del planeta”. Todo esto como los principales ingredientes de un “nuevo pacto social”.
Este 2022 “nos convoca sororamente para llegar a la 15 Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe (que se realizará en Buenos Aires, Argentina, en septiembre) con una posición transformadora , progresista y de avanzada” para valorar y cuantificar los cuidados y en general el trabajo doméstico no remunerado, en la agenda regional, y de cada país.
Acceso a la tecnología
María-Noel Vaeza, directora regional para la Américas y el Caribe de ONU Mujeres, resaltó la urgencia de una mejor incorporación de las mujeres a la recuperación socioeconómica, con sistemas de cuidados integrales fortalecidos y con universalización del acceso a la tecnología.
Gasman indicó que se puede transitar a ese sistema de cuidados con el despliegue de “políticas públicas que vayan desde lo macroeconómico a las relaciones interpersonales en las familias, y redistribuir el trabajo de cuidados, no sólo de las personas, sino también del cuidado del planeta”.
Agregó que con la pandemia “hemos visto aumentar desigualdades”, y la carga de trabajo doméstico no remunerado en manos de las mujeres. Y a la par, disminuir la tasa participación económica de las mujeres, la que pasó de 45 a 35 por ciento”, y aunque se ha ido recuperando, no lo ha hecho en la misma proporción que entre los hombres.