Habitantes de Coyoacán denunciaron que en las semanas recientes han detectado un crecimiento desmedido del comercio informal en el centro histórico de la demarcación, que se suma al abuso de negocios establecidos, que prácticamente se han apoderado de las vialidades.
En las calles Aguayo, Ignacio Allende, Caballo Calco y Carrillo Puerto, entre otras, el uso del espacio público se ha desbordado, ya que no sólo el comercio establecido ha extendido sus locales, sino que junto a ellos se han instalado estructuras metálicas para la venta de fritangas, ropa, bisutería, carritos de hot dogs y otros giros.
“Pareciera muy fácil llegar e instalarse, pero es claro que no es así; por ello, solicitamos que se aclare lo que ocurre”, comentó Leticia Lara, habitante del barrio de La Conchita.
Ante el crecimiento desordenado, que, aseguraron los vecinos, “debe conocer la alcaldía porque están justo frente a sus oficinas”, los colonos exigieron impedir que nuevamente sean ocupados los jardines, evitar la obstrucción de los pasos peatonales y el libre tránsito en banquetas. “Ojalá las autoridades salieran de sus oficinas y recorrieran las calles que rodean los parques, porque hay comercio en todas”, aseguró Isabela Rosales, vecina de la colonia Del Carmen.
Los vecinos reconocen que la pandemia afectó a muchas familias, que como medida de rescate “buscamos vender algo para salir de problemas económicos, pero no se trata de ocupar las calles, eso no se debe permitir”, comentó Óscar Nájera.
También han surgido negocios con una nueva modalidad: “personas que en sus autos expenden su mercancía o venden comida”; por ello, Manuel Islas, asiduo visitante de Los Viveros, recomendó que toda persona que comercialice en la vía público esté regularizada, de esa forma se evitará la anarquía que se ve los fines de semana.
Regularizar a los vendedores, dijo, también evitará actos de corrupción y que se aprovechen de un espacio que es de todos, porque ya se hizo regla que también hay que pagar a quienes administran la calle para que te dejen estacionar.
Estos cuidacoches, agregó Manuel, hasta fijaron una cuota y aseguran que están autorizados por la alcaldía.