Ciudad de México. Los grupos que desde hace 15 meses ocupan la sede del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) convocaron al titular de dicho organismo, Adelfo Regino Montes, a iniciar una serie de mesas de diálogo el próximo 4 de febrero para analizar diversos temas, entre ellos el resguardo del acervo artístico de la entidad, el cual permanece en el edificio tomado.
En conferencia de prensa, representantes de la comunidad otomí en la Ciudad de México leyeron un comunicado en el cual denunciaron que, a partir del llamado hecho por el canciller Marcelo Ebrard para recuperar el patrimonio cultural en manos del banco Citibanamex, Regino comenzó a reclamar la devolución de las piezas de arte que se encuentran en el edificio de avenida México-Coyoacán 343.
Los activistas desmintieron las afirmaciones del titular del INPI en el sentido de que no han permitido la entrada de “personal especializado” que pueda corroborar el estado de conservación de las obras y subrayaron que el único responsable de posibles daños en el acervo es Regino, a quien acusaron de ordenar cortes de luz sin importar el daño que las piezas puedan sufrir por ello.
De igual manera, lamentaron que el funcionario se diga dispuesto al diálogo, cuando al mismo tiempo “ha interpuesto una demanda ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México por la toma del edificio”.
Luego de condenar la existencia de esa demanda y los señalamientos directos en contra del activista Diego García, líder de la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata-Benito Juárez, los otomíes convocaron a Regino a acudir el próximo 4 de febrero a las 11 horas al edificio ocupado para retomar las mesas de diálogo que se acordaron hace un año.
En dichos foros, propusieron analizar el destino del mencionado acervo artístico, que de acuerdo con un catálogo publicado en 2014, constaría de unas 20 mil obras de cerámica, lacas, cartón y papel, fibras, instrumentos musicales, máscaras, arte plumario, talabartería y manufacturas diversas.
La iniciativa de los ocupantes es que en las mesas de diálogo participen investigadores y expertos de diversas instituciones, además de las propias comunidades indígenas, para definir qué debe hacerse con las piezas artísticas resguardas en el INPI.
Diego García y representantes de la comunidad otomí aseguraron que el acervo se encuentra guardado en un salón del edificio, cuya puerta está sellada y bajo llave, por lo que no hay forma de saber el estado de las obras ni su número.
En ese sentido, adelantaron que el director del INPI posiblemente sepa que la colección artística no está completa y pretende culpar a los grupos ocupantes de ello.