De buen humor, el presidente Andrés Manuel López Obrador acudió por tercer día a pegarle a la pelota en el deportivo de la Alianza de Tranviarios. Minutos después de las tres de la tarde abandonó Palacio Nacional en dirección del sur de la Ciudad de México.
Otra vez se le observó portando franela y chamarra beisbolera y la infaltable gorra característica en el diamante verde.
El vehículo que lo transportó llegó a las tres y media, y el tabasqueño se dirigió a pelotear. Por primera vez en lo que va de su sexenio, de forma consecutiva, el mandatario acudió a soltar el brazo, al club de los tranviarios. Y ocurre seis días después de que fue objeto de un cateterismo en el Hospital Central Militar.
Sin que se haya informado oficialmente de las actividades deportivas de López Obrador, se infiere que la continuidad de esas actividades corresponden a una recomendación para que realice actividades de acondicionamiento físico.
Apenas el viernes pasado el jefe del Ejecutivo fue al Hospital Central Militar donde se le practicaron diversos estudios médicos preventivos, así como un cateterismo cardiaco. El procedimiento fue breve y exitoso, según el comunicado oficial.
Ayer, ataviado con ropa deportiva, López Obrador se trasladó al campo deportivo de la Alianza de Tranviarios de México, ubicado en el límite de las alcaldías Iztapalapa y Benito Juárez, y viajó en el asiento de copiloto del automóvil en el que suele transportarse en la Ciudad de México.