El Callao., Una segunda fuga de crudo en la costa de Perú ocurrió antier mientras se realizaban labores en un ducto submarino de la refinería de Repsol, pero la compañía española descartó ayer que se trate de un nuevo derrame de petróleo.
La fuga empezó cuando se realizaban trabajos previos al retiro del PLEM (Pipeline End Manifolds, el extremo del ducto), indicó el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA).
Cientos de brigadistas trabajan a contrarreloj en las playas para limpiar los 6 mil barriles de petróleo derramado hace 11 días, cuando el buque tanque Mare Doricum, de bandera italiana, descargaba crudo en la refinería La Pampilla, de Repsol, en Ventanilla, 30 kilómetros al norte de Lima. La compañía atribuyó el accidente al oleaje causado por la erupción volcánica en Tonga.
Sobre lo ocurrido antier, la compañía afirmó que se trató de un “afloramiento controlado de remanentes del derrame del pasado día 15”, mientras se realizaban faenas en el ducto submarino que conecta a la refinería con los buques tanques, con el fin de investigar las causas del siniestro.
“Este afloramiento estaba contemplado, por ello se habían instalado barreras de contención, elementos absorbentes y un skimmer (máquina que remueve el petróleo que flota en el agua) como medida de seguridad. De esta manera, se logró controlar el derrame del hidrocarburo, indicó un comunicado de la petrolera española. Repsol “descartó otro incidente”.
El ente técnico estatal que supervisa las inversiones en energía (Osinergmin) informó que durante la operación de retiro de remanente de crudo se registró el vertimiento de un volumen estimado en ocho barriles (casi mil 300 litros), el cual fue controlado.
“Hemos constatado que el derrame es relativamente pequeño”, dijo el capitán de navío Jesús Menacho, jefe de operaciones de la guardia costera peruana, a la emisora RPP.
El crudo derramado el 15 de enero se expandió a lo largo de la costa a más de 40 kilómetros de la refinería, causando la muerte de aves y peces, y afectando 21 playas, según el Ministerio de Salud. También dejó sin trabajo a cientos de pescadores artesanales.
El Ministerio del Ambiente confirmó que el derrame de hace 11 días afectó más de 180 hectáreas (equivalentes a unos 270 campos de futbol) en la franja de playas y 713 hectáreas de superficie en el mar.