Washington. El gobierno de Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) informaron ayer a Rusia que no habrá concesiones de ninguna de las dos partes en cuanto a las principales exigencias de Moscú para resolver la crisis en torno a Ucrania.
Estados Unidos y la OTAN hicieron llegar dos respuestas por separado a los rusos en las que se mantuvieron firmes en la política de puertas abiertas de la alianza para la adhesión, rechazaron la petición de prohibir permanentemente que Ucrania se integre a la organización y dijeron que los despliegues aliados de soldados y equipo militar en Europa del este no son negociables.
“No habrá cambios”, aseveró el secretario estadunidense de Estado, Antony Blinken. Tampoco está sujeta a negociación la respuesta de Estados Unidos y Europa a cualquier invasión de Rusia a Ucrania, señaló, al reiterar que cualquier incursión de este tipo tendría severas consecuencias.
Con el objetivo de facilitar vías de escape que permitan a Rusia retirar los aproximadamente 100 mil soldados que ha desplegado cerca de la frontera con Ucrania sin que parezca que ha perdido una batalla de voluntades, la respuesta de Estados Unidos delineó áreas en las que se podrían abordar algunas de las preocupaciones de Rusia, siempre y cuando reduzca las tensiones con Ucrania, señaló la agencia de noticias Ap.
Ante los reporteros en Washington, Blinken comentó que Rusia no se sorprendería por el contenido del documento estadunidense de varias páginas que el embajador de Estados Unidos ante Rusia, John Sullivan, entregó ayer al Ministerio de Asuntos Exteriores de la nación europea.
“En conjunto, establece una vía diplomática seria, en caso de que Rusia la elija”, señaló. “El documento que hemos entregado incluye inquietudes de Estados Unidos y de nuestros aliados y socios sobre las acciones de Rusia que socavan la seguridad, una evaluación pragmática y de principios de las preocupaciones que Moscú ha planteado, y nuestras propias propuestas para las áreas en las que podemos encontrar terreno común”, detalló.
Blinken mencionó que esperaba hablar con el ministro ruso del Exterior, Serguei Lavrov, sobre la respuesta en los próximos días. Sin embargo, aseguró que la decisión entre la diplomacia o el conflicto le corresponde a Rusia y, más concretamente, al presidente Vladimir Putin.
“Ya veremos cómo responden”, manifestó. “Pero no tengo dudas de que si Rusia aborda esto con seriedad y en un espíritu de reciprocidad con la determinación de mejorar la seguridad colectiva para todos nosotros, hay cosas muy positivas en este documento que podrían concretarse. No podemos tomar esa decisión por el presidente Putin”.
Poco después de que Blinken habló, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró en Bruselas que la alianza había enviado una respuesta por separado a Rusia con una oferta de mejorar las comunicaciones, examinar la manera de evitar incidentes o accidentes militares y discutir el control de armas. Pero, al igual que Blinken, rechazó cualquier intento de impedir la adhesión.
“No podemos y no comprometeremos los principios sobre los cuales recae la seguridad de nuestra alianza y la seguridad de Europa y Estados Unidos”, afirmó Stoltenberg. Esto es sobre respetar a los países y su derecho a elegir su propio camino, añadió.
“Rusia debería abstenerse de posturas de fuerza coercitiva, de la retórica agresiva y de actividades perjudiciales en contra de aliados y otras naciones. También debería retirar a sus soldados de Ucrania, Georgia y Moldavia, donde se encuentran desplegados sin el consentimiento de dichas naciones”, concluyó.
El ministro ucranio del Exterior, Dmytro Kuleba, aseguró en rueda de prensa que si bien la concentración de tropas rusas cerca de Ucrania supone una amenaza, “su número es ahora insuficiente para una ofensiva a gran escala. Todavía faltan algunos sistemas y elementos militares claves para una agresión plena”.