Buenos Aires. Argentina enfrenta pagos de deuda por mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI) en los próximos días, que algunos expertos dudan que el país cancele mientras mantiene tensas negociaciones con el organismo para renegociar un préstamo por unos 40 mil millones de dólares.
La nación, una de las mayores productoras mundiales de granos, que viene batallando desde hace años varias crisis monetarias y de deuda, debe pagar al FMI unos 730 millones de dólares el viernes y otros 365 millones el martes, aunque no se han confirmado los planes de pago.
“Hay decisión política y vocación de pagar” al FMI, aseguró el jueves el jefe de Gabinete de Argentina, Juan Manzur, según la agencia oficial de noticias, Télam.
El FMI no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios sobre los pagos que se avecinan.
Más temprano, la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, señaló en una conferencia de prensa que “el gobierno de Argentina está dispuesto a llegar a un acuerdo para pagar de manera sostenible”.
Las conversaciones de Argentina con el FMI para reestructurar un préstamo fallido de 2018 se han visto complicadas en los últimos meses por las diferencias entre las partes sobre cuán rápido el país debe reducir su déficit fiscal como parte de un plan económico de mediano plazo.
Eso golpeó los precios de los bonos soberanos, algunos de los cuales cayeron por debajo de los 30 centavos por dólar.
A la vez, los políticos de izquierda dentro de la coalición peronista gobernante comenzaron a endurecer su retórica contra el FMI.
El jueves, cientos de personas salieron a las calles de Buenos Aires para manifestarse contra el FMI, al que muchos culpan de las crisis recurrentes del país, como la de 2001-2002, que dejó a millones de argentinos en la pobreza.
“Lo que nosotros planteamos no es solo dejar de pagar la deuda y romper con el FMI, sino reestructurar toda la economía en función de las necesidades de la mayorías”, dijo Celeste Fierro, una manifestante de izquierda frente al banco central argentino.
Fierro, como otros en la marcha, dijo que el país no tiene que pagar sus deudas con el FMI: “Creemos en un plan integral que empieza como primera medida soberana rompiendo con el FMI y desconociendo esta deuda, que es una estafa”.
Vilma Ripol, referente de los movimientos de izquierda en Argentina, dijo que los pagos deben suspenderse y que el Congreso tiene que investigar la deuda con el fin de evitar que se repita la crisis económica de 2001.
“El 2001 fue un desastre del cual nos llevo años recuperarnos y habíamos pagado. Entonces, seguimos pagando y seguimos bajando todos los parámetros sociales, ¡basta!”, expresó Ripol.